Re-publicación de artículo publicado originalmente en 2010. Las ideas expresadas en esta teoría no representan mi parecer actual, sin embargo considero interesante que siga disponible este punto de vista.
Un tema delicado me ocupa en este mi nuevo artículo, les intentaré explicar desde mi humilde visión que es para mi “la muerte” y que sucede cuando un individuo fallece. Desde hace milenios, la doctrinas religiosas han siempre supuesto un mundo ideal y bondadoso después de la vida material, llegando a ser incluso para muchas religiones la vida material como un simple camino hacia la vida eterna. Ciertamente es muy agradable el pensar que después del fin hay otro principio. Ahora bien, según mi modesto parecer les mostraré cual es mi creencia hacia este tema expuesto. Cuando un individuo fallece, sus órganos dejan de funcionar, su cerebro “se apaga” y con esto su creencia en alma o espíritu y su universo existente, todo en el desaparece, y el mismo también. Su cuerpo con el tiempo se descompondrá, pasando a ser alimento de otros seres, pues por esto este ser fallecido dejar de ser en la naturaleza para pasar a lo no existencia. El individuo fallecido no puede ir hacia ningún lugar, pues está muerto. Su alma no existe según mi criterio, es simplemente lo que su mente ilusionaba. Nosotros, el resto de individuos vivos, observamos como deja de existir el fallecido, siendo este su final. Sin embargo somos nosotros los que por no aceptación del acontecimiento situamos al fallecido en un sitio ideal, al que nos gustaría marchar cuando muriéramos, pues es muy complicado pensar que el final existe y que no hay nada más allá. Hemos de pensar para comprender con agudeza esta teoría el siguiente ejemplo, cuando una mosca muere, ¿pensamos que ésta va hacia un mundo mejor idealizado?, la respuesta es negativa debido a que la carga emocional que produce su muerte es muy leve para el humano, pues es un mero insecto, incapaz de alterar el estado ánimo humano.
Jesús Kuicast
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