martes, 26 de noviembre de 2013



Canadá huele a norte y a agua. Perderse en sus bosques infinitos es como ser protagonista de un cuento infantil, como si los árboles, la hojarasca o los musgos que cubren los troncos muertos, pudieran susurrarte al oído y te incitaran a adentrarte hasta lo más profundo para encontrar el espejismo de un lago inesperado. 

El crudo invierno da paso a una esplendorosa primavera y la nieve al derretirse, va dejando que sus ciudades poco a poco vayan emergiendo de su letargo invernal, mostrándose vivas y alegres, como Vancouver en la costa oeste, Toronto a orillas del lago Ontario, Montreal y Quebec con su cultura francófona…

Guardo en mi retina un país de paisajes perfectos y en mi memoria gente dinámica y de mente abierta

Lucía Sevila

0 comentarios: