lunes, 25 de noviembre de 2013

Son la alforjas donde guardamos o desechamos todo aquello que nos da miedo, nos produce dolor, o no nos gusta y a lo que no somos capaces de enfrentarnos. 
 
Tiramos al cubo de la basura la parte oscura en vez de iluminarla y esto nos vuelve temerosos y violentos al verlo reflejado en los demás. Solo dentro de nosotros podremos encontrar las respuestas para reconstruir nuestra personalidad.

El sufrimiento nos obliga a despertar a la vida real. Vivir siempre lejos del propio ser  termina siendo doloroso, perturbador y triste.

Francisca Cuenca


0 comentarios: