sábado, 7 de junio de 2014

 PRIMERA PARTE


Intrepidísimos y audaces lectores, es bien sabido por las jóvenes y no tan jóvenes generaciones de la humanidad, que el físico lo es todo o casi todo. La juventud postmoderna permanece impasible ante las grandes adversidades de carácter moral que con más frecuencia se producen. ¿A qué se deben tales circunstancias? A la destrucción de los seculares pilares éticos, que en cierta manera han estado mal cimentados. La relativización de los sucesos exitenciales es perniciosa para el ser humano en grado sumo.

¿Posee la Iglesia Católica la potestad para declarar lo que es benigno o maligno?

No. Ninguna iglesia o institución tiene la potestad para declarar tales trascendentalidades. Sólo han de tener un papel consultivo.

¿Cómo podemos saber qué actos son benignos o malignos?

Fácilmente. Cualquier acto o conducta que se rija por el sentido común y el amor a la humanidad es benigno. Sin embargo, cualquier ejecución desprovista de los atributos regentes antes citados, será maligno.

¿Es lícito disfrutar de los placeres de la vida?

Absolutamente. Mas con moderación. Todo en exceso es negativo.

¿Son anacrónicos los conceptos de matrimonio o compromiso vitalicio?

Por supuesto. Nadie pertenece a nadie. Vivimos en un continuo devenir de acontecimientos. El cambio está intrínsecamente ligado a la existencia y a la evolución de la conciencia. El matrimonio es un falso dogma creado por los poderes humanos para controlar al pueblo. Los humanos atravesamos diversas etapas en nuestra vida, cada período requiero de unos estimulos distintos. Aquellos que se aferran a lo inmutable pierden la preciosa oportunidad de participar en la necesaria experimentación que concluye en una necesaria evolución personal.

¿El sexo adulto libre es nocivo e indigno para los humanos?

En absoluto. Cada individuo humano adulto tiene la libertad de tener relaciones sexuales lícitas con quien le plazca, ya que esto no perjudica a terceros. Aunque es recomendable practicar la libertad, no es libertinaje, que puede desembocar en vicios abominables.

¿El dinero es el mal de los males?

No. El dinero en sí mismo en neutro. Dependiendo del uso que hagamos del mismo, éste podrá ser constructivo o destructivo.

Artículo escrito por Jesús Kuicast.



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