Estimados y versados lectores, un
día me hallo presente en aras de iluminar al mundo con la sabiduría recibida de
Dios, nuestro Señor. Cada día que tenemos la sublime oportunidad de contemplar
el hermoso amanecer, hemos de sentirnos afortunados por el regalo precioso que
Dios nos ha concedido: La vida
¡Bendito seas Señor, Dios del
Universo, llenos están el cielo y la Tierra de tu nombre, hossana en el cielo!
Ilustrísimos y respetables seguidores, hoy me dispongo a tratar un asunto de
suma importancia para la gloriosa nación española. Muchos serán los que alcen
sus manos al cielo implorando mi súbita desaparición, mas tal decisión no está
en vuestras manos queridos detractores, sino que está en las manos de nuestro
Padre celestial. Sin más dilación procederé a abordar el tema que hoy me ha
sido encomendado: Rosa Díez y su vocación dictatorial.
Hace algunas semanas pudimos
saber como el partido político Unión, Progreso y Democracia en los medios de
comunicación e información españoles. El ex-diputado Francisco Sosa Wagner
dejaba su escaño en el congreso y determinaba abandonar la formación magenta.
¿A qué se debió su abandono? A la insufrible Rosa Díez, una señora que abandonó
el PSOE años atrás en aras de fundar un nuevo partido político que cubriese el
espectro político de centro-izquierda y fuera la alternativa segura y moderada
al bipartidismo imperante. Sus votantes fueron en aumento hasta que hace menos
de un año, arribó el partido político más populista de la historia democrática
de España: Podemos.
Rosa Díez ha tenido que ver como
muchos de sus votantes, hastiados por la torpeza y desvergüenza del gobierno
actual han dejado de creer en el sistema político español, así como en todos
los partidos políticos del sistema. Ahora todos apuestan por el salvador y
redentor de la patria española, Pablo Iglesias, un politólogo inteligente que pretende
instaurar un régimen de extrema izquierda en España. Ante un reto de tales
dimensiones, han emergido otras alternativas más coherentes y mesuradas como
Vox y Ciudadanos. Ambas formaciones son políticas brillantes. Vox es un partido
político de derechas que propone unas medidas en su programa electoral
ciertamente eficaces y cabales. Ciudadanos comenzó hace ya algunos años en
Cataluña, con el excelso objetivo de combatir el creciente nacionalismo
catalán. Es un partido situado en el centro-derecha, también con propuestas
moderadas, factibles y eficaces, muy en consonancia con las propuestas de UPyD,
la formación política de la “matriarca” Rosa Díez.
Ciudadanos, el partido liderado
por Albert Rivera ha intentado en diversas ocasiones llegar a un pacto con UPyD
para formar un gran coalición de centro que pueda ser una verdadera alternativa
ganadora en las próxima elecciones municipales, autonómicas y generales. Sin
embargo parece ser que la terca Rosa Díez no ha dado su brazo a torcer,
rechazando cualquier tipo de cambio de su programa electoral, evitando así la
fusión con Ciudadanos. Esta actitud intransigente y monopolizadora, ha
provocado que grandes sabios como Sosa Wagner abandonen el partido representado
por el color magenta. Finalmente Ciudadanos y UPyD concurrirán por separado en
los próximos comicios municipales, autonómicos y generales. Un error garrafal
por parte de Díez, que dominada por su soberbia infinita llevará a su formación
política al ostracismo más absoluto. Ciudadanos, el partido liderado por Albert
Rivera crece en intención de votos, sin embargo en solitario no serán capaces
de vencer ni a los dos grandes partidos tradiciones y dominantes, ni a la
todopoderosa formación populista-marxista PODEMOS.
La arrogancia de una señora
ansiosa de poder. El afán por controlarlo y dominarlo todo. La falta de
transigencia. Todos estos factores conducirán a Rosa Díez y al partido que
lidera a la nada más absoluta.
Artículo escrito por Jesús
Kuicast.
2 comentarios:
Tu país aún tiene esperanzas, en México sólo hay partidos de izquierda y extremo-izquierdas u_u
No es cierto que el partido Ciudadanos sea de centro-derecha. Según su ideario nace:'por el vacío de representación que existía en el espacio electoral de centro-izquierda no nacionalista'.
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