
Emociona pisar “La Acrópolis”, dónde siglos atrás filósofos, artistas y grandes pensadores contribuyeron a mejorar nuestra existencia. Recorrer “El Peloponeso”,“Olympia”, la anciana “Creta” , navegar al atardecer entre sus islas de aguas límpidas nos hace sentir como Dioses recién bajados del Olimpo. Es el Marenostrum que condiciona nuestros sentidos y nos hace llenarnos de su más íntima esencia de sal. Y como Ulises, siempre tendremos en nuestro pensamiento volver a Ithaca
Lucía Sevila.
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