Fue
ese día en que la semilla del milagro se depositó en mí, cuando mi
cuerpo se transformó en Templo Sagrado. Pude ser testigo del mayor
de los misterios, del mayor de los milagros….el de la creación de
una vida humana.
Mi
cuerpo de mujer se iba transformando al servicio de la vida… mis
caderas, mi útero, mis pechos….y de ahí la gran metamorfosis se
produjo: un ser me iba a parir como madre .
Y
en el gran momento de nuestro encuentro, con su inmensa luz, ese
gran ser encarnado en un pequeño cuerpo se convirtió en el mayor de
mis maestros.
Cual
pura luz me conectó con la más inmensa de las vibraciones…la del
amor infinito…
Y
sentí que ese hijo de la vida, venido de más allá de las
estrellas, me había elegido como madre para que le ayudara en este
plano de existencia a poder caminar en el rumbo que su alma lo
guiara; con mi amor le daría el combustible necesario para ello y
con mis límites le enseñaría lo que le hacía salirse del camino…
Toda
esa energía pura en cuerpo de niño manifestaba toda su energía con
la más inmensa de las fuerzas…. ¿Que es la energía sino
movimiento?
Todas
sus emociones se manifestaban en el estado más puro…. Su alegría,
su tristeza, su enojo….todas llevaban la fuerza infinita de la
vida. Y como su ángel guardián en la Tierra comprendí que tenía
que enseñarle a encauzarlas, ya que tenía que utilizarlas como
brújula interior que le guiaran y no podía hacer mal uso de ellas
dañando a los demás o dañándose a sí mismo. No se trata de
reprimir sino de encauzar…de ayudarle a utilizar su brújula
interior….
Abro
mi mente para comprender que no existen hechos ni emociones buenas ni
malas…todas son experiencias…. y desde ese entendimiento guío a
mi pequeño sabiendo que en sus primeros pasos en este plano busca
conocer el mundo que le rodea y he de guiarlo sin juzgar su esencia
en buena ni mala…ya que el transfondo envenenado que lleva ese
juicio es “solo si cumples mis expectativas te aceptaré”.
Y
así, agradeciendo a la vida el gran regalo de la maternidad,
disfruto de la mano de mi hijo de la experiencia que juntos vivimos….
Yo le ayudo a caminar en este mundo en sus primeros pasos y él me
recuerda la verdadera esencia de la vida con su pureza y
espontaneidad. Honramos así el milagro de la vida del que todos
somos parte.
Mariví
1 comentarios:
¡¡Que hermoso, querida Mariví!! Bienvenida al equipo.... Bendiciones y un fuerte abrazo.
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