Todas
mis verdades las hago mías desde la experiencia. Mi mente elucubra
realidades, divaga, inventa, supone…y lo que yo creo que es mi
verdad se consolidad una vez experimentada.
Una
verdad es algo profundo que siente mi corazón. Y el maestro que en
él habita da su consentimiento solo si lo he comprobado en el diario
vivir.
Amar
es el pilar de la existencia humana. Yo lo sé no porque Jesús lo
dijera; ni tan siquiera porque una institución religiosa lo
respalda…sino porque en mi humano transitar lo he comprobado.
Seguir
a un maestro, a un Gurú o a una religión puede darnos dirección y
también instalarnos en la zona de comodidad que supone el que todas
mis verdades vengan de fuera. Vivir es experimentar; y en esta
escuela terrenal en el que se desarrolla nuestra existencia,
compruebo todo para hacerlo mío.
Es
el Amor un principio sublime…pero en nombre del amor me he llegado
a anular a mí misma por no ponerles límites a los demás para así
sentir desarmonía y desasosiego. Por eso, configuro las realidades
experimentando, permitiéndome transitar experiencias…Los grandes
principios de la existencia son conceptos abstractos; he de
concretizar para comprender en mi vida cotidiana.
Y
así me permito equivocarme; porque el camino me lleva hacia mí
misma primero descubriendo lo que no soy y lo que no me pertenece.
Mariví
0 comentarios:
Publicar un comentario