En este país se respira libertad y
quizá por eso, siempre quise volver.
Pasar una noche en tienda de campaña
por debajo del nivel del mar, me quitó el sueño, pensé en la gente
que construyó los ¨Polsters¨ para ganarle terreno al indomable Mar
del Norte.
Las planicies de tulipanes multicolores
magnifican los horizontes y pasear en bicicleta por los campos
tranquiliza el espíritu.
Mercados al aire libre, canales, barcos
fondeados en las puertas de las casas, cafés donde se fuma
abiertamente Marihuana…y como personaje, me quedo con Van Gogh.
Lucía Sevila
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