Me
levanto por la mañana, miro twittter,
veo las noticias mientras desayuno…. Y siempre la misma sensación
de decepción y rabia al mismo tiempo. Hace tiempo que visto un traje
negro de luto. ¿Y por qué? ¿Quién ha muerto? La respuesta es muy
sencilla: España.
Sí,
habéis leído bien, España ha muerto. Una de las naciones más
antiguas de Europa ha expirado su último aliento y no me refiero a
su unidad territorial (Que a este paso también es cuestión de
tiempo que pase a formar parte de la historia) sino a su espíritu.
En efecto señores, los españoles hemos traicionado nuestra más
pura esencia, hemos tirado y pisoteado por tierra todas nuestras
raíces y la actual sociedad de este país es el más fiel reflejo de
ello.
Vivimos
en una sociedad en la cual personas como Belén Estaban (Que es la
personificación misma de la incultura y la ignorancia) escriben un
libro y se convierte en uno de los más vendidos. ¿Y qué ha hecho
esta mujer para tener tal éxito? Muy sencillo: Tocarle la flauta a
un torero y despotricar sobre él en televisión al mismo tiempo que
pierde cualquier vestigio de dignidad humana. Sin embargo, Telecirco
(Sí, así llamo yo a Telecinco) dispone de un gran elenco de
personajes tan pintorescos como la “princesa” de San Blas. La
mayoría de ellos se agrupan en la basura de Mujeres y Hombres y
Viceversa, aunque su nombre más adecuado sería “Mujeres y Hombres
y Sinvergüenzas”, cuyos concursantes no se avergüenzan de lucir
cuerpos operados y cabezas vacías. Todo esto no sería preocupante
si no fuera por la legión de jóvenes que idolatran a toda esta
banda de “triunfadores” cuyo único logro en la vida es haber
tenido la suerte de nacer con un físico agraciado o tener un padre
que le pueda pagar el gimnasio y la cirugía plástica. Curiosamente,
estos “hombres” de gimnasio, depiladitos, con sus cremitas,
cuerpos de esteroides y mentes vacías que no han dado palo al agua
en su vida son los ídolos de las muchachas de hoy en día, al igual
que ellos se mueren por esa barbie
polioperada que no
sabe ni hacer la “o” con un canuto ni mantener una conversación
que pase del “Hola, ¿qué tal? ¿Bien y tú? ¿Bien?2 . Como
consecuencia de este tipo de programas, mi generación y las
generaciones que nos suceden se han convertido en una banda de
superficiales, valorando más un cuerpo precioso que se echará a
perder con el tiempo, en lugar de una gran personalidad, que dura
para toda la vida. Y sí, este país ha perdido completamente su
personalidad. Ya no oyen coplas, fandangos, flamenco, pasodobles ni
demás música tradicional española. Todo ello ha sido sustituido
por aprendices malos de cantaores, reggeaton, reggea, electro y demás
mierda que hoy día se considera “música”. Así mismo, los
hombres hemos perdido ese sentido de la honra y el honor, esa
valentía que siempre ha caracterizado a los españoles, ese carácter
noble y humilde pero al mismo tiempo orgulloso… En lugar de eso nos
hemos vueltos ruines, egocéntricos, vanidosos y, sobre todo,
ignorantes. Sí señores, hoy en día la ignorancia es el himno y la
bandera de España. Da igual que tengamos una Monarquía, una casta
política y una justicia corrupta que goza de toda clase de
privilegios mientras la gente de a pie observa impasible como se
reduce su calidad de vida. Pero, mientras tengamos programas como
MYHYV, Sálvame o un buen fútbol, ¿qué nos importa a los españoles
que cada vez haya más paro, se recorten derechos laborales y
sociales, que nuestra educación sea una de las más pésimas de
Europa o que no tengamos ni para pagar la hipoteca? Todo eso que lo
solucione otro, ¿no?
Y
ese es otro gran problema de esta difunta nación. Nos hemos
acostumbrado a que nos lo den todo hecho y a no pasar necesidades.
Nos hemos acostumbrado al “tengo derecho a…” y hemos olvidado
el “tengo obligación de…”. No esperen que los cambios vayan a
venir por gracia divina señores, los cambios no van a venir
mientras están viendo la TV o poniendo por twittter
que esta vida es una mierda. Los cambios hay que conseguirlos, pero
para conseguirlos hace falta tener criterio, y para tener criterio,
es necesaria la cultura, que por desgracia anda muy escasa por el
país a día de hoy. Recuerden bien esto: “El peor enemigo de un
gobierno corrupto es un pueblo culto”. Desde aquí, un español
orgulloso de su historia, su pasado y sus tradiciones, pero
avergonzado del presente.
La
muerte cultural de España es un hecho queridos lectores, un país
donde los libros son usados como ladrillos y pisapapeles en lugar de
fuentes de conocimiento, donde se idolatra a incultos y drogadictos,
donde se está más preocupado por la fiesta del fin de semana que
por el futuro porvenir laboral, es un país condenado al fracaso. Ya
hemos muerto culturalmente, y a este paso, que lo hagamos
políticamente es cuestión de tiempo.
D.E.P España
Fran Hortal
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