La
naturaleza contiene una sabiduría infinita, la cual le permite
desarrollarse, expandirse y adaptarse a cualquier lugar. Al
expandirse y desarrollarse lo hace por medio de seres que son una
expresión de sí misma; esos seres mantienen ciertas características
que los distinguen entre los demás seres y básicamente son: los
cuatro elementos, tierra, agua, aire y fuego. Los elementos naturales
son el puente de acceso de estos seres al plano donde vive el humano
ya que ellos pertenecen al plano espiritual
Los
seres elementales estuvieron al servicio de los creadores del
planeta, es decir son muy antiguos, como el planeta mismo. Los
elementales al haber participado en la formación del planeta cumplen
su función como protectores y guardianes del equilibrio entre la
naturaleza. Los elementales tipo tierra, son conocidos como los
duendes o gnomos; los tipo agua son las sirenas, ninfas o nereidas;
tipo fuego salamandras, dragones, e incluso el ave fénix. Por último
tipo aire son los silfos, algo como el “macho” de la hada.
Cada
cultura en el planeta aborda a los elementales de acuerdo a la
cosmovisión de su cultura, pero en esencia es lo mismo. La
representación humanizada de estos elementales es como la propia
mente puede identificarlos, como también ellos permiten ser vistos.
Existe otro grupo de elementales con su elemento y es el éter. Los
elementales pertenecientes al grupo del éter, tienen un desarrollo
espiritual más avanzado y pueden tener un equivalente a un ser de
luz como un ángel.
Los
seres elementales están al servicio del ser humano, como también
del planeta, el ser humano posee un alma y ellos no. Es por esa razón
que prestan servicio al ser humano, pero al no tener un desarrollo
“avanzado” espiritualmente carecen de conciencia del bien y el
mal, resultando sus acciones un tanto duales. Es por esa razón que
se les puede usar para trabajos negativos o magia negra, no es
recomendable interferir negativamente en la evolución de un ser.
Artículo de Fabián Latxika.
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