sábado, 1 de febrero de 2014


La naturaleza contiene una sabiduría infinita, la cual le permite desarrollarse, expandirse y adaptarse a cualquier lugar. Al expandirse y desarrollarse lo hace por medio de seres que son una expresión de sí misma; esos seres mantienen ciertas características que los distinguen entre los demás seres y básicamente son: los cuatro elementos, tierra, agua, aire y fuego. Los elementos naturales son el puente de acceso de estos seres al plano donde vive el humano ya que ellos pertenecen al plano espiritual
Los seres elementales estuvieron al servicio de los creadores del planeta, es decir son muy antiguos, como el planeta mismo. Los elementales al haber participado en la formación del planeta cumplen su función como protectores y guardianes del equilibrio entre la naturaleza. Los elementales tipo tierra, son conocidos como los duendes o gnomos; los tipo agua son las sirenas, ninfas o nereidas; tipo fuego salamandras, dragones, e incluso el ave fénix. Por último tipo aire son los silfos, algo como el “macho” de la hada.
Cada cultura en el planeta aborda a los elementales de acuerdo a la cosmovisión de su cultura, pero en esencia es lo mismo. La representación humanizada de estos elementales es como la propia mente puede identificarlos, como también ellos permiten ser vistos. Existe otro grupo de elementales con su elemento y es el éter. Los elementales pertenecientes al grupo del éter, tienen un desarrollo espiritual más avanzado y pueden tener un equivalente a un ser de luz como un ángel.
Los seres elementales están al servicio del ser humano, como también del planeta, el ser humano posee un alma y ellos no. Es por esa razón que prestan servicio al ser humano, pero al no tener un desarrollo “avanzado” espiritualmente carecen de conciencia del bien y el mal, resultando sus acciones un tanto duales. Es por esa razón que se les puede usar para trabajos negativos o magia negra, no es recomendable interferir negativamente en la evolución de un ser.

Artículo de Fabián Latxika.

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