La búsqueda de la lengua raíz de la cual derivan las
actuales, transporta a lugares que no son posibles imaginar. Retomando al
judeocristianismo explica que hace mucho tiempo la humanidad se comunicaba con
una sola lengua y Yahveh decidió confundir a los hombres por medio del
lenguaje, esto tiene que ver con la torre de Babel. La ciencia aceptada por la
sociedad muestra que hubo una lengua madre y también explica que hay un eslabón
perdido que no logra conectar a distintas familias lingüísticas. Para la lengua
de los vascos, que es el euskera, la ciencia aceptada por la sociedad aun no
logra decidirse que origen tiene, o a que familia lingüística pertenece,
simplemente se dice que no se sabe.
Bien, los elementos lingüísticos del euskera se remontan
a la prehistoria, es decir antes del desarrollo de la escritura misma. Esta
base es sostenida por la arqueología lingüista. Tras el descubrimiento de
América y la introducción de los vascos al continente, que a su vez portaban el
euskera como parte de su cultura, se encontraron nexos entre distintas lenguas
y el euskera. Del Náhuatl al referirse al abuelo se dice Tata, en Quechua se
dice Taita, en Dacota lengua del pueblo Siux se dice Ate y en Euskera se dice Aita.
Al tratar el proto-euskera en relación con otras lenguas
antiguas y distantes aumenta más su relación con ellas. Las culturas
antediluvianas lingüísticamente conservan muchos nexos y en su mitología
mencionan su origen estelar. La humanidad anterior al diluvio, culturalmente
mantenía aspectos cósmicos ya que esos eran los lazos dominantes. Esos lazos se
daban entre culturas terrestres y extraterrestres y la humanidad como herencia
cultural adaptó parte de la lengua de los extraterrestres, que la mantuvo en
desarrollo antes y después del diluvio (10,000 a.c aprox). El euskera conserva
vestigios lingüísticos desde aquel entonces, el euskera es la lengua previa a
la torre de babel, diluvio y es lo más cercano a nuestra herencia cósmica.
Artículo escrito por Fabián Latxika.
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