miércoles, 11 de junio de 2014


Mis queridísimos y fehacientes lectores, hoy es un día de júbilo áureo. Me hallo en mis plenas facultades, genuinas e inigualables, dispuesto a reflexionar acerca de la humanidad. No es plato de buen gusto ser tachado de escritor excelente, ya que mi alma anhela la excelsitud. En el día presente me ocupa un personaje ocurrente, interesante y polémico. El desmesuradamente controvertido Marilyn Manson. Algunos de ustedes practicarán la genuflexión guiados por el miedo supersticioso a un personaje tétrico y grotesco. El Señor del caos. El genio del miedo. El mago negro.

Durante décadas, el cantante y pintor americano ha sido perseguido por las religiones mayoritarias por ser una fiel representación del mal. Sus letras, sus canciones, sus looks y sus videoclips son moralmente incisivos y demasiado políticamente incorrectos. Hace más de una década se produjo un trágico suceso en los EEUU, unos jóvenes desalmados pertrecharon una masacre en la escuela secundaria norteamericana, "Columbine". Estos chicos perturbados tenían como músico referencial al Brian Hugh Warner (nombre real de Marilyn manson). Por este altercado el cantante original de Canton, fue acusado de provocar una influencia perniciosa para la sociedad. La opinión pública arremetió contra él. Estos graves hechos que conmocionaron a la opinión pública mundial supusieron para Marilyn manson un stop de un año aproximadamente en su carrera artística.

Obviamente el excéntrico cantante no fue el culpable. Una creación pictórica, musical o literaria en manos de un desequilibrado puede ser alarmantemente nociva para él y para los de su entorno. Sería un despropósito negar que las canciones y demás creaciones de Manson inducen a sus consumidores a un estado sombrío y demente. Sin embargo, en un individuo ecuánime, la trascendencia de estas sensaciones mansianas es limitada. Al fin y al cabo es arte, sólo eso. Sea musical o pictórico. No debemos olvidar que Marilyn Manson, aparte de ser cantante, es un gran pintor con una gran reputación en el mundo de las artes. Actores de la talla de Nicolas Cage son compradores habituales de las obras de Brian Huhg.

La diva burlesque Dita Von Teese estuvo casada con el sacerdote satanista. Para aquellos neófitos en temas religioso-espirituales, La Iglesia Satanista es una comunidad atea que se sirve de la figura de Satanás como una metáfora que representa la libertad del hombre, y la evidente dualidad del mismo. Anton LaVey (autor de la biblia satánica) nombró a Marilyn Manson sacerdote de su provocadora y rebatida Iglesia. Desde entonces el mito sobre Manson ha crecido hasta convertirse popularmente en la encarnación del caos más absoluto. La relación de la despampante bailarina burlesque con el villano musical finalizó por desafecciones personales. ¿Es tarea fácil estar casada con el demonio?

Sin embargo hay algo que la mayoría de la gente no conoce. Brian es un tipo inteligentísimo que mediante su arte caótico pretende transmitir un mensaje a la humanidad. Entre sus terroríficas creaciones hallamos críticas política, sociales y religiosas. El demonio humano podría ser un iluminado. Como el siempre afirma: "juego con el miedo de la gente para despertar reacciones"

Artículo escrito por Jesús Kuicast.



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