Queridísimos y devotos lectores, un día más me llena de orgullo y satisfacción regresar al redil intelectual en aras de exponer públicamente mis clarividentes reflexiones. Cual meditabundo recorro las calles del planeta cavilando acerca de la humanidad y sus peculiares procederes. No poseo la inapropiada pretensión de vanagloriarme, elucubración vil que muchas de sus excelencias creen acérrimamente. Hace años emprendí un arduo y dilatado viaje introspectivo que concluirá con mi trascendental marcha. Estimados hermanos y hermanas, en este breve e iluminado tratado expondré sintéticamente los motivos necesarios por los que se ha de recobrar la espiritualidad en nuestra amada nación.
Durante casi cuatro décadas, España vivió subyugada a la voluntad de un militar sublime, un hombre que entregó su vida por la patria, un humano que creyó ser escogido por la providencia divina para salvar a España de la hecatombe marxista-comunista-atea-relativista. Francisco Franco fue Caudillo de España por la Gracia de Dios, sin embargo nadie que derrame sangre en nombre de Dios es digno de poseer su divina gracia. Durante su férreo régimen muchos sufrieron el oscuro destino del exilio, así como otros muchos fueron rechazados por el gobierno, debido a su desacuerdo con la ideología nacional. El Caudillo victorioso erró, pues un líder que no respeta a las fracciones disidentes de su pueblo, deja de ser un glorioso líder para convertirse en un dictador. Tras el fallecimiento del jefe del estado, se abrió para España un periodo de transición hacia la tan anhelada democracia. El pueblo soberano votó y determinó cuales eran "los óptimos" para gobernar durante un periodo de tiempo determinado, establecido por la constitución, ratificada en referéndum el 6 de diciembre de 1978.
Desde la muerte de Franco, y la subsiguiente caída del nacional-catolicismo, comenzó un periodo que yo denomino "El principio de la secularización social masiva". El pueblo español fue abandonando paulatinamente el cultivo del alma, y fue de este modo y no de otro como muchos españoles se alejaron de Dios. A través de los joviales años de libertad democrática, infinidad de nuevas iglesias cristianas y no-cristianas se han ido adentrando en el panorama religioso español. Ahora existe un gran abanico de credos espirituales, muchos de ellos positivos para el desarrollo del ser humano, y muchos otros negativos y perniciosos (neopaganismo espiritista, satanismo sádico, orientalismo oscuro, magia negra afroamericana).
Somos minúsculos seres materiales atrapados en un misterioso universo, un lugar inhóspito y enigmático. Mas no sólo estamos formados por materia, sino que poseemos espíritu, sustancia esencial e inmortal dotada de razón. Los científicos investigan incesantemente en una sempiterna búsqueda de soluciones empíricas para sus infinitas incógnitas cósmicas. Innumerables teorías, todas y cada una de ellas limitada por la propia obstinación de sus autores, regidos únicamente por lo físico. Libros espirituales como La Biblia afirman que la vastedad del universo es tal, que el humano nunca descubrirá la totalidad del mismo, sino que andará a través de los milenios hallando verdaderas perecederas.
Eureka!, Yo, Jesús Kuicast, conozco gracias a mis venerables maestros el truco para hallar la verdad total, compuesta de "subverdades" parciales. El sagrado camino de la iniciación es la clave áurea. Cuando el ser humano se compromete fielmente a perseverar en el sendero de la iluminación (esclarecimiento religioso interior místico experimental o racional), la luz de la sabiduría ilumina al individuo gradualmente. El sujeto inicia el arduo camino espiritual hacia la cima de la montaña divina, en donde se halla la fuente de la sabiduría universal. Muchos hijos de Dios han logrado arribar a la "cima de la sabiduría", mas no han podido transmitir este conocimiento supremo, pues es de carácter testimonial, y consecuentemente intransferible. Aquel que contempla "el rostro de la verdad" siente la íntegra plenitud como ser espiritual. Su vida a partir de tal glorioso instante estará caracterizada por la "elevada conciencia".
Con una clara intención de encauzar mi discurso escrito hacia la afirmación vehemente de la necesidad de la espiritualidad para una vida saludable, proporcionaré cinco motivos por los que el pueblo de España debe introducir en su vida la ineludible faceta religiosa-espiritual:
1.La espiritualidad fomenta la reflexión y el autoanálisis.
2.La espiritualidad nos dota de una moral beneficiosa para con nosotros y para con la sociedad.
3.La espiritualidad, necesidad natural del ser humano, nos proporciona serenidad y paz interior. Una paz sólo adquirible mediante el cultivo microcósmico.
4.La espiritualidad es la llave de la puerta que nos comunica hacia la felicidad.
5.La espiritualidad multiplica las alegrías, divide las penas, y nos mantiene cuerdos, tarea compleja en un mundo tremendamente perturbador.
Mis queridos hermanos y hermanas, yo os exhorto a cultivar el espíritu, a volver a unirnos con Dios.
Artículo escrito por Jesús Kuicast.
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