miércoles, 24 de septiembre de 2014




Estimados y respetables lectores, un día más de mi compleja existencia prosigo con mi encomiable labor de transmitir las verdades que emanan del Dios Todopoderoso y amoroso. Los días se suceden velozmente, al igual que los años, lustros, década y siglos. La humanidad cree profundamente que se halla en un continuo camino de avance social, económico y tecnológico, predicando cual ignorante errante, el pernicioso concepto "carpediemista". La secularización de la civilización occidental se encuentra en su fase final de consumación. Los humanos adoran a ídolos musicales, artísticos, deportivos y demás despropósitos. ¿Dios, el Ser Superior Omnisciente, Omnipresente y Omnisciente ha caído en el más lúgubre olvido? Los ateos nihilistas emergen por doquier, convencidos de que ha arribado la esperada "era avanzada", en la cual el ser humano ha logrado transgredir las vetustas convenciones humanas. Estimadísimos seguidores, sin más dilación me aventuro a tratar un asunto de vital importancia. El deber de predicar la noble y recta virtud ha de estar en el menester de cualquier moralista. ¿Es ético para un ser humano digno, practicar sexo frecuente con amigos, con mero fin recreativo? Absolutamente no, esta práctica blasfema y aberrante obvia deliberadamente los preceptos judeocristianos y musulmanes sobre el sexo y su finalidad.

En reiterados artículos precedentes, he expuesto de manera clara y concisa los motivos por los que esta práctica posmoderna debe ser repudiada por aquellos que conforman el "Reino de Dios" en la Tierra. No he reparado tiempo ni espacio en escribir tratados acerca de la importancia del virtuosismo (Disposición constante del alma para las acciones conformes a la ley moral.) en el humano. Sin embargo cuando la virtud pierde su valor divino, y es descuartizada por los pensadores posmodernos de los últimos días, se transforma en un concepto inocuo, anacrónico e incómodo. Los nuevos dueños del mundo; abrazados por el príncipe del mal, pretenden diabólicamente provocar la incomodidad de los ciudadanos del mundo ante los benignos discursos sustentados por la verdadera y benigna moral, dada desde las alturas. Los medios de comunicación occidentales, al servicio del Nuevo Orden Mundial bombardean sistemáticamente a la población mundial con el sexo; películas, videojuegos, disciplinas científicas, juguetes impropios, ropa, métodos anticonceptivos...hipersexualización de la humanidad, garante esencial para el control de la misma.

¿Qué es la amistad?

La amistad es el afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato. Y, ¿qué es la pureza? Aquello que está libre y exento de imperfecciones morales. Por consiguiente, deducimos por lógica que la pureza es atributo indispensable de la amistad; por lo tanto, no es admisible una amistad sexualizada. Hasta los menos atrevidos osan denominar "foll@mig@" a aquella persona con la que se mantiene una amistad duradera y sexualizada. Esta práctica atenta contra los principios básicos de la amistad. De facto, l@s f@ll@mig@s tienden a tener una relación psicológica de inestabilidad emocional perniciosa, la cual deriva inevitablemente en la ruptura total del respeto mutuo. Esta deriva caótica finaliza con el fin de la amistad.

¿Qué es el sexo?

El sexo es una práctica humana que tiene como fin último la reproducción. El sexo es placentero gracias a Dios, que nos regala una ejecución reproductiva agradable, y no dolorosa. Sin fin reproductivo, la práctica sexual es contraria a la recta y virtuosa moral judeocristiana y musulmana.

Queridos hermanos, yo os exhorto desde la más sincera benignidad a recuperar la importancia del concepto de virtud, así como a esforzaros por manteneros firmes y leales a la moral de Dios, el misericordioso.


Artículo escrito por Jesús Kuicast.

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