domingo, 11 de enero de 2015


Las cuatro tablas siguientes fueron pintadas por Sandro Botticelli hacia el año 1483. Se conservan en el Museo del Prado, en Madrid, y la última de ellas en una colección particular. Representan la historia de Nastagio degli Onesti, que aparece en el “Decamerón”, libro de Giovanni Boccaccio escrito en 1351.

En la primera tabla se observan tres escenas: a la izquierda se ve a Nastagio despidiéndose de sus amigos, pues tras ser rechazado por su amada, la hija de Paolo Traversari, se marcha a un bosque a las afueras de Rávena; a la derecha de esta escena se le ve adentrándose en el bosque, y en el centro y a la derecha de la tabla se observa a una muchacha desnuda perseguida por un hombre a caballo y por uno de los dos perros que lo acompañan, a la que Nastagio intenta ayudar apartando al perro con una rama; sin embargo el jinete, Guido degli Anstagi, le cuenta por qué la persigue: la joven es una mujer que lo rechazó, lo que le llevó a suicidarse, y a ella esto no le importó; al poco la muchacha murió y cada viernes sufría el castigo de salir del Infierno y ser perseguida por el hombre al que desdeñó.

En la segunda tabla hay dos planos principales: en el más cercano se puede ver cómo el jinete ha alcanzado a la mujer, le ha abierto la espalda y le ha sacado el corazón para dárselo de comer a los perros, que aparecen a la derecha. Nastagio, que es testigo de lo ocurrido, se marcha de allí horrorizado. Al fondo se representa de nuevo la persecución.



En la tercera tabla aparece un banquete que organiza Nastagio el viernes siguiente para que su amada y su familia contemplen la misma escena que él había contemplado la semana pasada. En medio del banquete aparece la mujer perseguida de nuevo por el jinete y sus perros. Los invitados quedan muy sorprendidos y Nastagio les explica qué es lo que está sucediendo. La amada, creyendo que correría igual suerte que aquella mujer, decide casarse con Nastagio.


En la cuarta y última tabla se representa el banquete de la boda entre Nastagio y la joven, del que nada nos dice Bocaccio, quien cuenta al final del relato que las mujeres de Rávena desde ese momento complacían más a sus esposos. La narración de Bocaccio esconde un mensaje: el origen violento del matrimonio y el estado de sumisión de las mujeres.

Aparecen en la tercera y cuarta tabla los escudos de la familia Pucci, de los Medici y el de los Pucci-Bini, pues las cuatro tablas fueron encargadas a Botticelli por Antonio Pucci, para la cabecera del lecho nupcial de Gianozzo Pucci, su hijo, y de Lucrezia Bini.

-Por Noelia Bernabeu Torreblanca-

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