Por Dante A. Urbina
Habiendo dado hace poco en Alemania una conferencia de
crítica al libro El Capital en el Siglo
XXI de Thomas Piketty desde una perspectiva heterodoxa (cuyo video puede
verse aquí: https://www.youtube.com/watch?v=MCFlY8jVThE),
uno de los asistentes me compartió el video de otra conferencia también de
crítica al libro de Piketty, que fue dada por el profesor Guillermo Rodríguez
el 13 de noviembre de 2014 y que puede ser vista aquí: https://www.youtube.com/watch?v=9WI2rM_ksRk
Lo interesante es si bien ambos realizamos una dura crítica
al libro de Piketty, lo hacemos desde posiciones prácticamente opuestas. Y que
si, por un lado, la perspectiva heterodoxa desde la que yo hago la crítica en
mi ponencia está más cercana del postkeynesianismo y la escuela
institucionalista a ese respecto; sucede que, por el otro, la visión desde la
que el profesor Rodríguez hace su crítica es una propia de la escuela
austríaca. O, para ponerlo en términos más gráficos: yo hago mi crítica a
Piketty desde una postura contraria al neoliberalismo, y el profesor Rodríguez
la hace desde una postura acorde al neoliberalismo.
Dado este contexto, creo que resulta muy útil, pertinente e
ilustrativo, el desarrollar, aunque sea de modo breve, mi valoración de la ponencia
del profesor Rodríguez. Aquí tenemos puntos de convergencia y divergencia. Sin
más preámbulos, paso a explicitarlos:
Puntos de convergencia
Estoy de acuerdo con el profesor Rodríguez en lo siguiente:
1. La mayor parte del éxito del libro de Piketty tiene que
ver más con el marketing que con la profundidad teórica pues al final de
cuentas no llega a desentrañar aquello que está detrás de las regularidades
empíricas que propone ni suscita mayores cuestiones epistemológicas.
2. Al parecer, hay ciertas inconsistencias metodológicas en
Piketty como considerar a la TIR como explicación de “r” cuando en realidad se
requiere previamente a “r” para conocer la TIR (o sea, Piketty podría estar
cayendo en una falacia de razonamiento
circular).
3. Piketty no toma suficientemente en cuenta el papel de la
innovación tecnológica y empresarial (si bien soy muy crítico de la escuela
austríaca, al menos me parecen pertinentes las versiones “schumpeterianas” cuando
se habla de estos tópicos).
4. Hay problemas asociados a la dinámica del capital fijo y
el capital circulante que hacen que la ecuación de Piketty “r es mayor que g”
no se pueda cumplir tan fácil o mecánicamente como se hace parecer.
Puntos de divergencia
No obstante lo anterior, y pese a que yo también he sido
muy crítico de Piketty en mi respectiva ponencia, me veo en la curiosa
situación de defenderlo de algunas críticas exageradas, falaces o fuera de
lugar que le hace el profesor Rodríguez desde su perspectiva neoliberal. Así,
los puntos de divergencia que tendría respecto de lo que él dice en su ponencia
serían los siguientes:
1. Es un vergonzoso ad
hominem aquel en que incurre cuando dice, en varias ocasiones y de varias
formas, que Piketty es un “socialista envidioso” que “odia a los ricos” porque
tiene “una agenda política”. Una crítica académica seria tiene que enfocarse
exclusivamente en los argumentos y no en poner calificativos a las personas.
Eso simplemente está fuera de lugar. Especular sobre las “malvadas” intenciones
y motivaciones de Piketty no hace nada para refutar su libro. Hay que
confrontarlo con argumentos, y al menos yo busqué centrarme en ello en mi
respectiva ponencia. Asimismo, decir que “todos los socialistas son
envidiosos”, como es que hace el profesor Rodríguez, no es más que caer en una
burda falacia de arreglo del bulto, o
sea, meter arbitrariamente a todos “en el mismo saco”. Y tal tipo de frase sí
pareciera evidenciar una “agenda política”. Pero para no caer en lo mismo que
el profesor Rodríguez, no me explayaré sobre ello.
2. El profesor Rodríguez trivializa la preocupación por la
igualdad diciendo que para que exista igualdad tendríamos que “pensar todos
igual, vestirnos todos igual y tener todos los mismos gustos”. Ese es
simplemente un sofisma ad ridiculum.
Ningún teórico serio que esté preocupado por el problema de la desigualdad
busca tal tipo de mundo. Lo que se procura es una igualdad de oportunidades y reducir aquellas desigualdades que
puedan afectar la eficiencia económica o el buen funcionamiento de las instituciones
políticas y la democracia. El que haya una cada vez mayor desigualdad resulta
preocupante a ese respecto sin necesidad de que uno tenga que buscar objetivos
absurdos como “vestirnos todos iguales”, que es lo que tendenciosamente
atribuye el profesor Rodríguez.
3. Los numerosos ejemplos de “super ricos” del pasado que
no tuvieron hijos ricos y “super ricos” del presente que no tuvieron padres
ricos a que dedica el profesor Rodríguez varios minutos de su ponencia devienen
en una suerte de falacia de blanco móvil
si con ello pretende refutar el libro de Piketty. Y es que Piketty explica bien
claramente que en la sociedad actual hay no solo uno sino dos esquemas
generadores de desigualdad, la “sociedad hiper-patrimonial” y la “sociedad
hiper-meritocrática”, y también dice de modo explícito que en nuestra época
contemporánea las herencias ya no son la principal fuente de riqueza sino que
el top de multi-millonarios está poblado por super-gerentes y super-estrellas.
De este modo, si Piketty hubiera dicho que en nuestro mundo actual el único
mecanismo generador de desigualdad es la “sociedad hiper-patrimonial” y que
la principal fuente de riqueza son las
herencias, la crítica del profesor Rodríguez sería pertinente en ese punto.
Pero como Piketty no dice eso, los continuos énfasis (y ya no solo referencias)
del profesor Rodríguez devienen en impertinentes. Precisamente para no caer en
ese vicio es que en mi respectiva ponencia, antes de hacer la crítica, expliqué
el resumen por capítulos de la obra de Piketty y explícitamente abordé esos
tópicos. Tal vez al profesor Rodríguez le hubiera convenido asistir a dicha
ponencia…
4. Finalmente, pero no por ello menos importante, el
profesor Rodríguez cae gravemente en el mismo error que le señalé a Piketty en
mi respectiva ponencia: no entra a
analizar las relaciones de poder. En efecto, si uno escucha la conferencia
del profesor Rodríguez se encuentra con que éste parece conceptuar al
capitalismo de libre mercado como un mero sistema de intercambio voluntario y
eficiente. Habla de las grandes fortunas pero no dice absolutamente nada sobre
cómo el “top de los ricos” controla medios de comunicación, influye sobre los
partidos políticos e instituciones internacionales, gestiona restrictivamente
sus patentes y derechos de propiedad, abusa de su poder de mercado o presiona
por la desregulación.
Necesitamos una crítica del libro de Piketty pues hay
muchos problemas que deja de lado o que no aborda a profundidad (y debería abordarlos). Pero no queremos
una crítica que oculte, minimice o incluso ridiculice estos problemas.
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