sábado, 28 de febrero de 2015


A través de las grandes superproducciones norteamericanas de cine, contemplamos un país rico, libre e idóneo para vivir. Los Estados Unidos de América son el símbolo internacional de la libertad. Europa le rinde vasallaje a  la primera potencia mundial. Una estado federal que ha logrado a lo largo de los siglos erigirse en ejemplo de democracia occidental ejemplar. Toda nación anhela asemejarse a la idealizada Norteamérica. Los grandes pioneros en investigación, desarrollo, cultura y derechos humanos. ¿Acaso existe algún ser terrestre que no ansíe ser ciudadano norteamericano?,¿qué haríamos sin el amparo de las tropas norteamericanas; protectoras del mundo civilizado? Me temo mis queridos lectores que nada es lo que parece. El mundo es víctima de una distorsión de la realidad propiciada por aquellos que se consideran dueños del planeta Tierra. Me veo en la triste obligación de afirmar que EEUU es el país en el cual se hallan más hipócritas por metro cuadrado.

No hemos de obviar que la historia siempre es escrita por los vencedores. Desde la II Guerra mundial EEUU encontró su momento apropiado para transformarse en esa suerte de hermano mayor que está por encima del bien y del mal. Acabó con Hitler y sus oscuros planes paranoicos, pero a cambio se aprovechó de la destruida Europa para establecer un buen mercado al que vender toda su basura -que es mucha-. Eso es lo que conocemos formalmente como Plan Marshall. Los Estados Unidos de América fueron fundados por una rama masónica de la que no pretendo tratar en el presente artículo, ya que sería tachado de aficionado a las teorías conspirativas. Un imperio feroz destinado a dominar el mundo. El espíritu de dominio y sometimiento conquistó los corazones de los afamados y casi santificados "Padres Fundadores". Los Estados Unidos de América son un imperio capitalista con pretensiones de dominar el mundo. Aquellas naciones que se oponen a la supremacía norteamericana son condenados al ostracismo internacional, y consecuentemente vilipendiados a través de los medios de comunicación controlados por las grandes corporaciones elitistas, leales al gobierno imperialista. Los grandes traidores de la humanidad descubrieron que el consumismo enfermizo era tremendamente adictivo, por lo que era el método ideal para mantener a los pueblos de la Tierra ocupados y preocupados en comprar sin cesar. De esta forma conseguían mover sus hilos sin que las masas populares se percatasen. Gracias a Dios, cada día son más individuos los que determinan evolucionar y elevar su estado de conciencia, descubriendo las grandes conspiraciones secretas que rigen la corrompida humanidad,

No hemos de equivocarnos al pensar de manera ingenua que Estados Unidos defiende los intereses de occidente debido a su benevolencia celestial. Cada movimiento de este imperio económico -sin escrúpulos- está perfectamente premeditado. Los ilusos norteamericanos creen ciegamente en que su gobierno defiende la democracia ante todo, y esta condición bienaventurada mueve a su gobierno a intervenir en aquellas dictaduras perversas que someten a la población a estúpidas ideologías perniciosas. Mas me temo que la verdad es bien distinta. Si el país regido por una dictadura tiene petroleo, entonces es necesario acabar con ella y establecer un gobierno democrático satélite de Estados Unidos. Si el territorio sometido por el régimen genocida en cuestión, no tiene nada expoliable, es mejor hacer gala del pacifismo y no intervenir. ¿Por qué EEUU no acaba con la cruenta y despiadada dictadura norcoreana? Porque es un país con escasos recursos, y no hay negocio. Más claro es agua. EEUU es un imperio capitalista feroz movido por intereses particulares, no una ONG global. Esta es la cruda realidad. Los ciudadanos que sufren persecución, maltrato y vejación son invisibles para un mundo ilusionado por la salida del nuevo iPhone. Bienvenidos a un mundo cruel.

Artículo escrito por Jesús Kuicast.

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