Por
Jorge Ivan Aguirre
A continuación transcribo
un fragmento del capítulo 7 del Libro I la “Institución de la religión
cristiana” de Juan Calvino respecto de la Biblia y que comentaré: “Ha crecido entre muchos un error muy
perjudicial, y es, pensar que la Escritura no tiene más autoridad que la que la
Iglesia de común acuerdo le concediere; como si la eterna e inviolable verdad
de Dios estribase en la fantasía de los hombres… Concluyen, pues, diciendo que
de la determinación de la Iglesia depende qué reverencia se deba a las
Escrituras, y que ella tiene autoridad para discernir entre los libros
canónicos y apócrifos… Pero estos charlatanes se van bien embarazados con una
sola palabra del Apóstol. Él dice (Ef. 2, 20) que la Iglesia es "edificada
sobre el fundamento de los Apóstoles y Profetas". Si el fundamento de la
Iglesia es la doctrina que los profetas y los apóstoles enseñaron, es necesario
que esta doctrina tenga su entera certidumbre antes de que la Iglesia comience
a existir… Porque si la Iglesia cristiana fue desde el principio fundada sobre
lo que los profetas escribieron, y sobre lo que los apóstoles predicaron,
necesariamente se requiere que la aprobación de tal doctrina preceda y sea
antes que la Iglesia, la cual ha sido fundada sobre dicha doctrina; puesto que
el fundamento siempre es antes que el edificio. Así que es un gran desvarío
decir que la Iglesia tiene autoridad para juzgar de la Escritura, de tal suerte
que lo que los hombres hayan determinado se deba tener por Palabra de Dios o
no. Y así, cuando la Iglesia recibe y admite la Santa Escritura y con su
testimonio la aprueba, no la hace auténtica, como si antes fuese dudosa y sin
crédito; sino que porque reconoce que ella es la misma verdad de su Dios”.
Ciertamente me sorprende y preocupa que la “mitad” de la reforma protestante se haya cristalizado sobre las ideas de este señor Calvino. Entre las muchas simplicidades con las que busca “refutar” a la Iglesia Católica aquí tenemos una donde trata sobre la autoridad de la Biblia y la relación que tiene esta con la Iglesia.
Para empezar Calvino dice que la Escritura tiene autoridad por ella misma y que no le es conferida por la Iglesia. Esto viene a ser cierto en cuanto a que la veracidad de las doctrinas de la Escritura es independiente de si la iglesia las valida o no, es independiente también de si alguna o ninguna persona en el mundo la conoce. No se trata aquí de que la Iglesia “factualize” las verdades de la Escritura como si la doctrina que contienen fuera falsa antes de ser canonizada y se convirtiera en verdad después de ser canonizada como inspirada.
Calvino dice que la
Iglesia sale de las Escrituras pero la realidad es que las Escrituras salen de
la Iglesia, pues es la iglesia la que redacta, compila y hereda la Biblia. Sin
embargo Calvino usa un mal razonamiento para anteponer la Biblia a la Iglesia.
Primero que nada habrá que separar Antiguo y Nuevo Testamento, pues Calvino dice
que la iglesia se funda sobre los profetas y los apóstoles. Es cierto que para
cuando vivieron Jesús y los Apóstoles la enseñanza de los profetas ya había
quedado registrada en textos, pero hasta aquí llega el argumento de Calvino
pues en lo que respecta al Nuevo Testamento la iglesia precede a los textos.
Actualmente tenemos estimaciones sobre la fecha de composición de los libros del Nuevo Testamento, sabiendo que las epístolas de Pablo son los libros más antiguos y los Evangelios los más tardíos, siendo la redacción del Evangelio de Juan hasta aproximadamente el año 95-100 AD. Es comprensible que en el siglo XVI se hubieran tenido menos recursos para identificar las fechas de composición de todos los libros, pero aun así se puede deducir la cronología de algunos libros en la historia de la Iglesia por los mismos textos.
Calvino gusta de tratar a la Biblia como un libro caído del cielo y autocompilado en un solo tomo, como si nunca hubiera habido un momento en la historia de la Iglesia en la que no hubiera habido Biblia, pero como podemos ver por la misma lectura de los textos y lo que nos informan los primeros cristianos sabemos que no siempre existió el Nuevo Testamento “terminado simultáneamente”.
Toda la doctrina se llevó
por tradición oral mientras se escribían los textos, y una vez escritos estos
podían ser aceptados por las iglesias si correspondía con la tradición oral
recibida anteriormente por los apóstoles o discípulos de los apóstoles. Pensemos por ejemplo que el Papa Clemente I quizás
no conoció el Evangelio de Juan para cuando el ya había mandado su carta a los
corintios en el año 96 AD, es decir, la Biblia aún no estaba terminada y el
Papa ya estaba corrigiendo los errores eclesiásticos de los corintios.
Por esto no podemos
seguir a Calvino en su suposición de que la iglesia sale de la Biblia y no al
revés. Calvino insiste que la Iglesia tiene a los apóstoles por fundamento de
la Iglesia y que el Nuevo Testamento son
las doctrinas apostólicas y por lo tanto fundamento de la iglesia y esto es
cierto, pero el error de Calvino aquí es que trata al “fundamento”, es decir, a
los apóstoles como no-parte de la Iglesia, como si el fundamento no fuera parte
del edificio, como si los apóstoles hubieran escrito todo el Nuevo Testamento
antes de predicarlo a la gente, como antes de que hubiera “edificio” sobre el
fundamento. Como si hubieran dicho “que nadie predique una palabra hasta que
terminemos de escribir el Nuevo Testamento”.
No es como si la Biblia misma tuviera un índice de cuales les libros deben considerarse sagrados e inspirados. El Nuevo Testamento nos valida al antiguo, pero al Nuevo Testamento ¿quién lo valida? No se valida solo (aunque Calvino insiste en que sí, pero más adelante se tratara de esto) sino que la Iglesia es la que los valida por ser ella el depósito de la fe, al darse en ella la sucesión apostólica y el mantenimiento de la tradición apostólica, como dice San Pablo en 1 Tim 3:15 “la Iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad”. Todo esto no es para menospreciar la Biblia sino para mostrar que se requiere de la Tradición para su correcta interpretación.
Otra consideración muy
chocante en lo a que a mí respecta es que Calvino dé por sentado el catalogo de
libros que llamamos Biblia según el catalogo que propuso Lutero, es decir, una
Biblia de 66 libros con los libros deuterocanónicos del Antiguo Testamento
excluidos y declarados como apócrifos. Tanto exalta a la Biblia como máxima y única
autoridad y no pone un capítulo donde analice los deuterocanónicos sino que
simplemente lo da por sentado. Niega que la Iglesia Católica tenga autoridad
para discernir sobre libros apócrifos e inspirados… pero él sí se atribuye la
facultad de hacerlo y ni tiene por qué dar explicaciones. Que cómodo Calvino.
Ahora vamos a analizar
por qué la negación de Calvino respecto de los deuterocanónicos y la autoridad
de la Iglesia repercute sobre los libros protocanónicos y la Biblia que Calvino
mismo acepta. Cabe mencionar que el primer catalogo de libros de la Biblia
completo y como lo tenemos hoy en día no se dio sino hasta el año 382 en el Concilio
de Roma. Anteriormente no había un canon
fijo y variaban los catálogos usados en diferentes regiones de la iglesia. Este
concilio del 382 es la primera oficialización del canon completo de la Biblia
con los 73 libros que hoy tenemos y sí, sí tenía los deuterocanónicos
(posteriormente se ratifico 3 veces este canon en los 2 concilios de Cartago y
en el de Hipona y finalmente y por
quinta vez en el concilio de Trento 1548).
Entre los principales
motivos que los protestantes han alegado para sacar los deuterocanónicos del
Antiguo Testamento (1 y 2 de Macabeos, Tobías, Judit, Baruc, Sabiduría y Sirácides)
es que algunos padres de la Iglesia no
los tuvieron por inspirados sino por apócrifos y que los llamados protocanónicos
(es decir, todos los demás) eran unánimemente aceptados y de estos no se
dudaban su inspiración.
Contra la anterior objeción habría que recordar que también los deuterocanónicos del Nuevo Testamento fueron dudados por algunos padres de la iglesia (Santiago, 2 Pedro, 2 Juan, 3 Juan, Hebreos, Judas y Apocalipsis) y no fueron oficiales hasta el mismo concilio del 382 de Roma y no por eso vemos protestantes arrancando estos libros de la biblia pero sí los deuterocanónicos del Antiguo Testamento. Lo curioso aquí es que este tipo de objeción presupone que la Iglesia Católica tiene autoridad de discernir entre inspirado y apócrifo, si no de nada valdría que los padres de la Iglesia los hubieran dado tal o cual título.
Más trágico aun es que
rechacen la autoridad del concilio de Roma/Hipona/Cartago sobre los deuterocanónicos
del viejo testamento pero sí la acepten sobre el Nuevo Testamento. ¿Medio concilio sí, medio concilio no? ¿Canon
medio infalible? ¿Con qué comodidad puede Calvino rechazar los deuteros del Antiguo
Testamento y con qué comodidad puede aceptar los deuteros del Nuevo? Si lo que dicen los concilios y los santos
padres no vale, entonces, ¿cómo tan fácil decide cuáles libros son la Escritura
inspirada?
Volveré a copiar un párrafo
de su libro: “En cuanto a los que
preguntan que cómo nos convenceremos de que la Escritura procede de Dios si no
nos atenemos a lo que la Iglesia ha determinado, esto es como si uno preguntase
cómo sabríamos establecer diferencia entre la luz y las tinieblas, lo blanco y
lo negro, lo dulce y lo amargo. Porque la Escritura no se hace conocer menos
que las cosas blancas y negras que muestran su color, y las dulces y amargas
que muestran su sabor”.
Hay que analizar esta gravísima
afirmación de Calvino de cómo reconocer un apócrifo de un inspirado. Calvino
dice que es evidente como lo es distinguir el blanco del negro y por lo tanto
cualquier hombre podría notar la diferencia. Quisiera dar un ejemplo de cómo
esta “evidencia de Calvino” nos lleva al error e históricamente no tiene
sentido.
Supongamos que esta
evidencia cuasi-sensorial de la inspiración se presentara en la forma de brillo
o resplandor de los libros inspirados, así literal, todas las páginas del
Evangelio de Juan despiden brillo (recuerden que esto es una ilustración) y también
todos los libros que Calvino llama inspirados, que son 66.
Justo por esto Calvino
sabe que son inspirados, brillan, así de fácil, todas la copias de la carta a
los romanos brillan mientras que el libro de la sabiduría o los macabeos no
brillan. Entonces es evidente cuales son inspirados. Ahora ¿qué le restaba
hacer a la iglesia en la edad antigua en esos concilios? Simplemente declarar
inspirados los libros que brillaban.
Sin embargo aquí es
donde sale el problema, ¿por qué, por ejemplo, San Atanasio no consideró al
libro de “Ester” inspirado, si este se suponía que brillaba? ¿Por qué en cambio
Atanasio consideraba a Baruc (deuterocanonico) como inspirado si no brillaba? ¿Estaba
San Atanasio ciego? ¿Por qué antes del concilio de Roma y los de Cartago
algunos padres de la iglesia no consideraban a
2 Pedro, 2 Juan, 3 Juan, Hebreos, Santiago, Judas y Apocalipsis como
libros inspirados si estos brillaban? ¿Estaban ciegos? ¿Por qué los concilios
ya mencionados declararon los deuteros del Antiguo Testamento inspirados si
estos no brillaban? ¿Estaban ciegos? ¿Por qué san Agustín defendía los 7 libros
que no brillaban? ¿Estaba ciego? ¿Por qué Casiodoro de Reina (de donde se basa
la actual Biblia Reina Valera de las sociedades bíblicas y que usan la mayoría
de los protestantes hispanohablantes) consideró inspirados los 7 libros que no
brillaban y hasta los puso en su traducción de la Biblia al español? ¿Estaba
ciego? Finalmente, Lutero dudó de Santiago por contradecir su doctrina de la
“sola fe”, lo corrió al final de su Biblia por lo mismo, llegó a decir que “le
daban ganas de lanzar a Santiago a la estufa”, que si no aceptaban su
interpretación lo “iba a demoler” y también lo llamó epístola de paja”. ¿Pero
es que acaso Lutero no vio que era paja que brillaba? ¿Junto con Hebreos, Judas y Apocalipsis de los
que también dudaba? Hasta aquí la ilustración.
Lo único evidente es que la inspiración un libro no es evidente a simple vista.
Lo único evidente es que la inspiración un libro no es evidente a simple vista.
¿Qué fue lo que Calvino
tomó por evidente? ¿El juicio de Lutero
de declarar apócrifos los deuterocanonicos del Antiguo Testamento? ¿Puro
capricho suyo? ¿Una excusa para sacar en bloque los 7 libros y que no se note
que nada más quería sacar 2 de Macabeos
por ser un apoyo del purgatorio aun en la era precristiana? ¿El decreto del
concilio judío de Jamnia del año 90 AD donde los judíos cierran su canon y
condenan a los cristianos? ¿Pensaría Calvino que la iglesia no tenía autoridad
para discernir entre apócrifo e inspirado pero que los judíos fariseos del año
90 después de Cristo si tenían esa autoridad?
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