viernes, 27 de febrero de 2015

Por Jorge Ivan Aguirre

A continuación transcribo un fragmento del capítulo 7 del Libro I la “Institución de la religión cristiana” de Juan Calvino respecto de la Biblia y que comentaré: “Ha crecido entre muchos un error muy perjudicial, y es, pensar que la Escritura no tiene más autoridad que la que la Iglesia de común acuerdo le concediere; como si la eterna e inviolable verdad de Dios estribase en la fantasía de los hombres… Concluyen, pues, diciendo que de la determinación de la Iglesia depende qué reverencia se deba a las Escrituras, y que ella tiene autoridad para discernir entre los libros canónicos y apócrifos… Pero estos charlatanes se van bien embarazados con una sola palabra del Apóstol. Él dice (Ef. 2, 20) que la Iglesia es "edificada sobre el fundamento de los Apóstoles y Profetas". Si el fundamento de la Iglesia es la doctrina que los profetas y los apóstoles enseñaron, es necesario que esta doctrina tenga su entera certidumbre antes de que la Iglesia comience a existir… Porque si la Iglesia cristiana fue desde el principio fundada sobre lo que los profetas escribieron, y sobre lo que los apóstoles predicaron, necesariamente se requiere que la aprobación de tal doctrina preceda y sea antes que la Iglesia, la cual ha sido fundada sobre dicha doctrina; puesto que el fundamento siempre es antes que el edificio. Así que es un gran desvarío decir que la Iglesia tiene autoridad para juzgar de la Escritura, de tal suerte que lo que los hombres hayan determinado se deba tener por Palabra de Dios o no. Y así, cuando la Iglesia recibe y admite la Santa Escritura y con su testimonio la aprueba, no la hace auténtica, como si antes fuese dudosa y sin crédito; sino que porque reconoce que ella es la misma verdad de su Dios”.

Ciertamente me sorprende y preocupa que la “mitad” de la reforma protestante se haya cristalizado sobre las ideas de este señor Calvino. Entre las muchas simplicidades con las que busca “refutar” a la Iglesia Católica aquí tenemos una donde trata sobre la autoridad de la Biblia y la relación que tiene esta con la Iglesia.

Para empezar Calvino dice que la Escritura tiene autoridad por ella misma y que no le es conferida por la Iglesia. Esto viene a ser cierto en cuanto a que la veracidad de las doctrinas de la Escritura es independiente de si la iglesia las valida o no, es independiente también de si alguna o ninguna persona en el mundo la conoce. No se trata aquí de que la Iglesia “factualize” las verdades de la Escritura como si la doctrina que contienen fuera falsa antes de ser canonizada y se convirtiera en verdad después de ser canonizada como inspirada.

Calvino dice que la Iglesia sale de las Escrituras pero la realidad es que las Escrituras salen de la Iglesia, pues es la iglesia la que redacta, compila y hereda la Biblia. Sin embargo Calvino usa un mal razonamiento para anteponer la Biblia a la Iglesia. Primero que nada habrá que separar Antiguo y Nuevo Testamento, pues Calvino dice que la iglesia se funda sobre los profetas y los apóstoles. Es cierto que para cuando vivieron Jesús y los Apóstoles la enseñanza de los profetas ya había quedado registrada en textos, pero hasta aquí llega el argumento de Calvino pues en lo que respecta al Nuevo Testamento la iglesia precede a los textos.

Actualmente tenemos estimaciones sobre la fecha de composición de los libros del Nuevo Testamento, sabiendo que las epístolas de Pablo son los libros más antiguos y los Evangelios los más tardíos, siendo la redacción del Evangelio de Juan hasta aproximadamente el año 95-100 AD. Es comprensible que en el siglo XVI se hubieran tenido menos recursos para identificar las fechas de composición de todos los libros, pero aun así se puede deducir la cronología de algunos libros en la historia de la Iglesia por los mismos textos.

Calvino gusta de tratar a la Biblia como un libro caído del cielo y autocompilado en un solo tomo, como si nunca hubiera habido un momento en la historia de la Iglesia en la que no hubiera habido Biblia, pero como podemos ver por la misma lectura de los textos y lo que nos informan los primeros cristianos sabemos que no siempre existió el Nuevo Testamento “terminado simultáneamente”.

Toda la doctrina se llevó por tradición oral mientras se escribían los textos, y una vez escritos estos podían ser aceptados por las iglesias si correspondía con la tradición oral recibida anteriormente por los apóstoles o discípulos de los apóstoles.  Pensemos por ejemplo que el Papa Clemente I quizás no conoció el Evangelio de Juan para cuando el ya había mandado su carta a los corintios en el año 96 AD, es decir, la Biblia aún no estaba terminada y el Papa ya estaba corrigiendo los errores eclesiásticos de los corintios.

Por esto no podemos seguir a Calvino en su suposición de que la iglesia sale de la Biblia y no al revés. Calvino insiste que la Iglesia tiene a los apóstoles por fundamento de la Iglesia y que el  Nuevo Testamento son las doctrinas apostólicas y por lo tanto fundamento de la iglesia y esto es cierto, pero el error de Calvino aquí es que trata al “fundamento”, es decir, a los apóstoles como no-parte de la Iglesia, como si el fundamento no fuera parte del edificio, como si los apóstoles hubieran escrito todo el Nuevo Testamento antes de predicarlo a la gente, como antes de que hubiera “edificio” sobre el fundamento. Como si hubieran dicho “que nadie predique una palabra hasta que terminemos de escribir el Nuevo Testamento”.

No es como si la Biblia misma tuviera un índice de cuales les libros deben considerarse sagrados e inspirados. El Nuevo Testamento nos valida al antiguo, pero al Nuevo Testamento ¿quién lo valida? No se valida solo (aunque Calvino insiste en que sí, pero más adelante se tratara de esto) sino que  la Iglesia es la que los valida por ser ella el depósito de la fe, al darse en ella la sucesión apostólica y el mantenimiento de la tradición apostólica, como dice San Pablo en 1 Tim 3:15 “la Iglesia del Dios vivo, columna y fundamento de la verdad”. Todo esto no es para menospreciar la Biblia sino para mostrar que se requiere de la Tradición para su correcta interpretación.

Otra consideración muy chocante en lo a que a mí respecta es que Calvino dé por sentado el catalogo de libros que llamamos Biblia según el catalogo que propuso Lutero, es decir, una Biblia de 66 libros con los libros deuterocanónicos del Antiguo Testamento excluidos y declarados como apócrifos. Tanto exalta a la Biblia como máxima y única autoridad y no pone un capítulo donde analice los deuterocanónicos sino que simplemente lo da por sentado. Niega que la Iglesia Católica tenga autoridad para discernir sobre libros apócrifos e inspirados… pero él sí se atribuye la facultad de hacerlo y ni tiene por qué dar explicaciones. Que cómodo Calvino.

Ahora vamos a analizar por qué la negación de Calvino respecto de los deuterocanónicos y la autoridad de la Iglesia repercute sobre los libros protocanónicos y la Biblia que Calvino mismo acepta. Cabe mencionar que el primer catalogo de libros de la Biblia completo y como lo tenemos hoy en día no se dio sino hasta el año 382 en el Concilio de Roma. Anteriormente no había  un canon fijo y variaban los catálogos usados en diferentes regiones de la iglesia. Este concilio del 382 es la primera oficialización del canon completo de la Biblia con los 73 libros que hoy tenemos y sí, sí tenía los deuterocanónicos (posteriormente se ratifico 3 veces este canon en los 2 concilios de Cartago y en el de Hipona  y finalmente y por quinta vez en el concilio de Trento 1548).

Entre los principales motivos que los protestantes han alegado para sacar los deuterocanónicos del Antiguo Testamento (1 y 2 de Macabeos, Tobías, Judit, Baruc, Sabiduría y Sirácides) es que  algunos padres de la Iglesia no los tuvieron por inspirados sino por apócrifos y que los llamados protocanónicos (es decir, todos los demás) eran unánimemente aceptados y de estos no se dudaban su inspiración. 

Contra la anterior objeción habría que recordar que también los deuterocanónicos del Nuevo Testamento fueron dudados por algunos padres de la iglesia (Santiago, 2 Pedro, 2 Juan, 3 Juan, Hebreos, Judas y Apocalipsis) y no fueron oficiales hasta el mismo concilio del 382 de Roma y no por eso vemos protestantes arrancando estos libros de la biblia pero sí los deuterocanónicos del Antiguo Testamento. Lo curioso aquí es que este tipo de objeción presupone  que la Iglesia Católica tiene autoridad de discernir entre inspirado y apócrifo, si no de nada valdría que los padres de la Iglesia los hubieran dado tal o cual título.

Más trágico aun es que rechacen la autoridad del concilio de Roma/Hipona/Cartago sobre los deuterocanónicos del viejo testamento pero sí la acepten sobre el Nuevo Testamento.  ¿Medio concilio sí, medio concilio no? ¿Canon medio infalible? ¿Con qué comodidad puede Calvino rechazar los deuteros del Antiguo Testamento y con qué comodidad puede aceptar los deuteros del Nuevo? Si  lo que dicen los concilios y los santos padres no vale, entonces, ¿cómo tan fácil decide cuáles libros son la Escritura inspirada?

Volveré a copiar un párrafo de su libro: “En cuanto a los que preguntan que cómo nos convenceremos de que la Escritura procede de Dios si no nos atenemos a lo que la Iglesia ha determinado, esto es como si uno preguntase cómo sabríamos establecer diferencia entre la luz y las tinieblas, lo blanco y lo negro, lo dulce y lo amargo. Porque la Escritura no se hace conocer menos que las cosas blancas y negras que muestran su color, y las dulces y amargas que muestran su sabor”.

Hay que analizar esta gravísima afirmación de Calvino de cómo reconocer un apócrifo de un inspirado. Calvino dice que es evidente como lo es distinguir el blanco del negro y por lo tanto cualquier hombre podría notar la diferencia. Quisiera dar un ejemplo de cómo esta “evidencia de Calvino” nos lleva al error e históricamente no tiene sentido.

Supongamos que esta evidencia cuasi-sensorial de la inspiración se presentara en la forma de brillo o resplandor de los libros inspirados, así literal, todas las páginas del Evangelio de Juan despiden brillo (recuerden que esto es una ilustración) y también todos los libros que Calvino llama inspirados, que son 66.

Justo por esto Calvino sabe que son inspirados, brillan, así de fácil, todas la copias de la carta a los romanos brillan mientras que el libro de la sabiduría o los macabeos no brillan. Entonces es evidente cuales son inspirados. Ahora ¿qué le restaba hacer a la iglesia en la edad antigua en esos concilios? Simplemente declarar inspirados los libros que brillaban.

Sin embargo aquí es donde sale el problema, ¿por qué, por ejemplo, San Atanasio no consideró al libro de “Ester” inspirado, si este se suponía que brillaba? ¿Por qué en cambio Atanasio consideraba a Baruc (deuterocanonico) como inspirado si no brillaba? ¿Estaba San Atanasio ciego? ¿Por qué antes del concilio de Roma y los de Cartago algunos padres de la iglesia no consideraban a  2 Pedro, 2 Juan, 3 Juan, Hebreos, Santiago, Judas y Apocalipsis como libros inspirados si estos brillaban? ¿Estaban ciegos? ¿Por qué los concilios ya mencionados declararon los deuteros del Antiguo Testamento inspirados si estos no brillaban? ¿Estaban ciegos? ¿Por qué san Agustín defendía los 7 libros que no brillaban? ¿Estaba ciego? ¿Por qué Casiodoro de Reina (de donde se basa la actual Biblia Reina Valera de las sociedades bíblicas y que usan la mayoría de los protestantes hispanohablantes) consideró inspirados los 7 libros que no brillaban y hasta los puso en su traducción de la Biblia al español? ¿Estaba ciego? Finalmente, Lutero dudó de Santiago por contradecir su doctrina de la “sola fe”, lo corrió al final de su Biblia por lo mismo, llegó a decir que “le daban ganas de lanzar a Santiago a la estufa”, que si no aceptaban su interpretación lo “iba a demoler” y también lo llamó epístola de paja”. ¿Pero es que acaso Lutero no vio que era paja que brillaba?  ¿Junto con Hebreos, Judas y Apocalipsis de los que también dudaba? Hasta aquí la ilustración.
Lo único evidente es que la inspiración un libro no es evidente a simple vista.


¿Qué fue lo que Calvino tomó por evidente? ¿El  juicio de Lutero de declarar apócrifos los deuterocanonicos del Antiguo Testamento? ¿Puro capricho suyo? ¿Una excusa para sacar en bloque los 7 libros y que no se note que nada más  quería sacar 2 de Macabeos por ser un apoyo del purgatorio aun en la era precristiana? ¿El decreto del concilio judío de Jamnia del año 90 AD donde los judíos cierran su canon y condenan a los cristianos? ¿Pensaría Calvino que la iglesia no tenía autoridad para discernir entre apócrifo e inspirado pero que los judíos fariseos del año 90 después de Cristo si tenían esa autoridad?

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