miércoles, 11 de febrero de 2015


Me encontraba leyendo un buen libro, estaba absorto ante las cautivadores palabras de aquel gran escritor, me había adentrado en el universo creado por las palabras de Arturo Pérez-Reverte. Sin embargo cuando menos me lo esperaba sonó el teléfono, súbitamente me levanté del sillón, dejé el libro sobre la mesilla y me dispuse a coger el teléfono con una rápidez sobrehumana. Era un joven comunista desquiciado que seguía mis artículo de manera usual. Sin demora comenzó a proferir insultos de todo tipo en aras de frenar mi crucial actividad articulista. Le ordené cual rey medieval que se confesara por todos y cada uno de sus pecados, a lo que el contestó: "Adiós". Era evidente, era podemita, sí, seguidores del profeta, vidente y revelador Pablo Iglesias Turrión.

En los comienzos mediáticos del señor Iglesias, este individuo transmitía una imagen muy distinta a la actual. Era un joven de melena larga, con aspecto desenfadado y con un vocabulario exquisito. Jamás interrumpía al resto de contertulios cuando le brindaban la oportunidad de asistir a programas como "El Gato Al Agua" de Intereconomía TV -cadena y programa posteriormente vilipendiados por Iglesias y sus secuaces-. Pablo fue, y me aventuro a afirmar ,que es un ser súmamente inteligente con un gran ambición por poner en marcha un proyecto político en el que el cree. No obstante, en las últimas semanas hemos podido contemplar como su actitud respetuosa y paciente se ha ido transformando en una suerte de comportamiento altivo y cansino -porque aprovecha cualquier minuto para volver a "calentarte la oreja" con el mismo mitin de siempre-. "Los ricos son los culpables de la existencia de agujeros negros en los centros galácticos", un día acabará diciendo tales divagaciones dementes, que pondrán término a su carrera como profeta. En un acto de sincerad absoluta expresaré que no me agrada para nada cuando aluden a su larga melena para mofarse de él, porque para ser justos y francos: tiene un pelo por el que muchos matarían. Entiéndanse las exageraciones propias de un servidor sureño.

Creo o quisiera creer que todos y cada uno de los españoles estamos unidos en aras de acabar con la lacra de la corrupción; algo delictivo, intolerante, irritante y destructivo. El Partido Popular y en mayor cantidad el PSOE, han demostrado tener un personal altamente cualificado para llevar a cabo turbios negocios. Ambos partidos deberían abrir un verdadero proceso regenerador, cosa que no harán, porque serían muchos los que se verían salpicados por el fango de la inmundicia. ¡Corrupción y más corrupción! ¡Hay niños pasando hambre por Dios! ¡¿Tendrán la cara dura de colaborar con la Iglesia con el dinero robado!? Señor llévame pronto.

Yo propondría una severísima sanción a quienes se adueñasen del dinero que nos les pertenece. Los mandaría directos con Belén Esteban al reality show de Telecinco, "GHVIP" Estoy seguro de que devolverían todo el dinero robado y jamás reincidirían, porque "la princesa del pueblo" los pondría firmes. ¿Se imagina a Urdangarín bajo la vara correctora de la de San Blas?

Artículo escrito por Jesús Kuicast.

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