miércoles, 11 de febrero de 2015

Nuestra sociedad posmoderna nos ha ayudado a ver a las víctimas que habían sido ignoradas en los siglos pasados.  Esta concientización de las victimas nace a raíz de las masacres efectuadas en el siglo XX. La modernidad, “era de las luces” dirían nuestros amigos “ilustrados”, se desplego un muy agresivo antropocentrismo y etnocentrismo en el cual quedaron muy marcados en la Alemania Nazi[1], sobre todo en Auschwitz. Los fuertes totalitarismos que masacraron a muchas razas, credos religiosos, homosexuales, inmigrantes, etc fueron a causa del racionalismo protestante-moderno[2], el cual buscaba el bienestar total del hombre en la tierra, pero esta ambición lo llevo a terribles consecuencias. 
Caminando en la historia, la humanidad ha confrontado la modernidad con un nuevo movimiento de pensamiento el cual llamamos: posmodernidad. La posmodernidad puede entenderse como reacción contra la modernidad[3].

La posmodernidad ofrecerá a la humanidad una visión más plural de la realidad humana. Esto significa que la posmodernidad ofrece el fin de los grandes “metarrelatos”[4]. Es decir, trata de acabar con una visión univoca de la historia, para darle paso a la “muchas micro-historias” que existen en cada individuo humano. Esto da el paso a la valorización del individuo humano, y a concientizarse ante las victimas que no solo fueron ignoradas, sino incluso pisoteadas.

Las victimas que son revalorizadas en estos días son los pobres, los homosexuales, las lesbianas, los inmigrantes, los grupos indígenas, etc[5]. La posmodernidad sin duda nos ha ayudado a buscar nuevos horizontes que la modernidad nos había privado; y cabria decirlo, y esto es importante en esta reflexión, está de regreso la dimensión religiosa[6], que tanto la modernidad se había empeñado en quitarnos. Aunque parezca en el olvido, se puede afirmar que la religión cristiana está tomando mucha en nuestros días, de una manera silenciosa y sin darnos cuenta.

El cristianismo detrás de la posmodernidad: René Girard como nuestro Virgilio.

Parece que todo rastro de cristianismo ha quedado, tanto que ahora nuestras sociedades, en su precoz e hinchado orgullo, se hacen llamar sociedades post-cristianas. ¿Hay acaso una luz que pueda usar el cristianismo para vindicarse en nuestros días?  Para René Girard, antropólogo francés, no solo da un sí contundente, sino que incluso afirma que estas sociedades siguen siendo cristianas y mucho más cristianas que hace siglos, e incluso, ha predicho un futuro cristiano[7]. ¿Que toma en cuenta el pensador francés para afirmar algo tan poco vislumbrado? Girard afirma que el cristianismo sigue en la conciencia de las sociedades occidentales por su preocupación de las victimas olvidadas e incluso a veces demonizadas por las sociedades no cristianas[8].

 Las sociedades arcaicas, explica Girard, como la griega clásica o la azteca, no había tal preocupación por las víctimas, hasta llegaron a ver  bien su exterminio para el bien de la sociedad. Incluso en la Grecia clásica, tan civilizada como nos lo pintan los modernos y algunos contemporáneos, se utilizaba el ritual llamado pharmakon[9]. El pharmakon era un ritual de "limpia" de las ciudades de los enfermos y otros no "deseados"[10]. Toda sociedad arcaica nace a través del sacrificio sangriento fundador. Lo podemos ver en muchos mitos: Desde Rómulo y Remo, hasta la mitología griega donde todos los dioses son liberados tras la muerte de Cronos. La violencia está impregnada en todas las civilizaciones arcaicas. Lo más interesante de estos asesinatos fundadores, subraya Girard, es que se procedía a eliminar a un individuo inocente, debido a que era motivo de escándalos en la sociedad, por lo cual se procedía en primer lugar a demonizarlo, ya que la multitud enfurecida por los deseos miméticos lo culpa de todas las calamidades que vive el pueblo y el pueblo decide asesinar al individuo. Posteriormente de ello, la población es aliviada de sus problemas y tras este acontecimiento el individuo asesinado pasa de demonio a ser un dios[11]. En la antigüedad se podía decir sin ningún sofismo que “Satán expulsa a Satán con el poder de Satán”. Debido a que la violencia se expulsaba con violencia, y nadie se daba cuenta del círculo vicioso mimético que vivían las sociedades arcaicas, e incluso, veían necesario este acontecimiento sangriento. 

La cultura judía y la cristiana, observa Girard, serán las primeras en darse cuenta de este fenómeno, y comenzaran a hablar a favor de los débiles. Y esta reflexión de la violencia llegara en su apogeo con la figura de Jesús de Nazaret, como aquel inocente que no merecía morir y que fue llevado a la cruz por la multitud enfurecida[12] por miedo al escándalo que era Jesús. Comprendido esto el cristianismo es una visión que acoge a los débiles y reclama las injusticias de la cual ellos son víctimas. La posmodernidad esta contagiada de este amor por los olvidados, y renace en ese amor por los débiles que la modernidad trataba de erradicar por medio de los totalitarismos.
La posmodernidad se puede decir que es un resurgimiento del espíritu cristiano sin "cerebro". Y no quiero decir "sin cerebro" en el sentido de idiotez, si no en el sentido de que no sabe hacia dónde caminar... ¡Pero reconoce a los débiles!. La oportunidad de la reivindicación del cristianismo esta donde está donde residen los débiles y los pobres. Ya que la Iglesia es la casa predilecta de ellos.

El imperio del Bien tras la ingenua posmodernidad

Sin embargo, aun detrás de este sincero golpeteo de pecho que se hace la sociedad posmoderna se esconde  ciertos intereses económicos e imperialistas del neo-colonialismo capitalista neo-liberal. Buscando crear hombres "felices" y muy festivos, la modernidad, y también la posmodernidad,  ha condenado la historia como una boutique de malos recuerdos y se han sumergido en la nueva "fiesta" hedonista que ofrece el mercado Neo-Liberal. Philippe Muray ya nos ha advertido de esta nueva forma de totalitarismo que se nos está imponiendo de manera lenta, y que cada vez va más rápida, esta nueva forma de "neo-ética" y "neo-lenguas". Este nuevo imperio, al cual Murray llama “Imperio del Bien”, se ha dado cuenta de esta conciencia de los pobres y la ha tomado para poder alinear a los individuos y así controlarlos con nuevos ídolos[13].

El pensador francés habla de personalidades que ayudan a propagar esta destrucción de lo "añejo" para dar lugar a lo "nuevo", y estas figuras de lo nuevo paradójicamente son las victimas que fueron dañadas en los siglos pasados. Este nuevo imperio pone como ejes de sus estructuras a muchas figuras que eran las victimas hace siglos: como el homosexual, el turista (extranjero), el de izquierda (como aquel que busca a los pobres)[14], etc. Victimas en el pasado, y que ahora son redimidas y salvadas por el “Imperio del Bien”, pero que esa “salvación” tiene un costo, y el precio es prestar su figura para propagar este paraíso hedonista que nos ofrece la nueva aldea global.

Este imperio no ha hecho  más que tomar el lugar del cristianismo, y adjudicarse a sí mismo esta preocupación por los débiles. Creando así un totalitarismo usando para estos fines a los débiles para su expansión[15].  ¿Quién pues no se sentiría abrumado ante el dolor de una mujer golpeada, o ante el homosexual maltratado en los sitios públicos? Así el imperio del Bien avanza, buscando destruir los “paradigmas” de las antiguas y ya obsoletas estructuras de occidente.  No hace falta mucha perspicacia para darse cuenta de la jugada que hace este nuevo totalitarismo disfrazado de anti-totalitarismo. Pues es fácil darse cuenta que a estos gobernantes, actrices, modelos o conductores no les importa realmente la suerte de estas personas maltratadas, que los hombres y mujeres de su propia familia. La suerte de los débiles les viene igual, lo que ellos buscan es usarlos para su propia expansión de esta nueva “iglesia global”.

Debemos de estar alertas ante las nuevas tentativas que nos presenta este lobo vestido de oveja, como cristianos darnos arrebatarles a las víctimas que han sido utilizadas como mero producto del mercado, para darles un buen lugar en el corazón de la iglesia; lugar que ellos merecen.
Bibliografía:

Beuchot, Mauricio, Historia de la filosofía en la posmodernidad, Editorial Torres Asociados, 2009, D.F., México.

Lyotard, Jean-Franceois, La Posmodernidad (explicada a los niños), Editorial Gedisa, 1990, Guanajuato, México.

Girard, Rene, Veo a Satán, caer como el relámpago, Editorial Anagrama, 2012, Barcelona, España.
Muray, Philippe, L`Empire du Bien, Essai, 2010, Paris, Francia
Mendoza, Álvarez, El Dios escondido en la posmodernidad. Deseo, memoria e imaginación escatológica. Ensayo de teología fundamental posmoderna, Editorial Cátedra, 2010, Guadalajara, México
Girard, Rene, Vattimo, Gianni, ¿Verdad o fe débil? Dialogo sobre cristianismo y relativismo, Editorial Paidos, 2013, D.F., México
Moreno Romo, Juan Carlos, Hambre de Dios, Editorial Fontamara, 2010, D.F., México




[1] Nancy, Jean-Luc, Lacoue-Labarthe, Philippe, El mito nazi, Anthropos, 1991, Barcelona, España.
[2] En el texto “El trasfondo espiritual de nuestros racionalismos. O sobre el preciso punto en que difiera la modernidad más bien luterana y la genuinamente cartesiana” Juan Carlos Moreno Romo hace un esbozo de los distintos tipos de racionalismos que se dieron en el inicio de la era moderna. Descarta que el racionalismo cartesiano (católico en el fondo) sea el mismo que los alemanes desarrollaron de la mano de Kant y Hegel. No podemos entonces culpar a toda la modernidad por los fuertes totalitarismos que ocurrieron en el siglo XX, sino al racionalismo que se genero en la Alemania protestante. No debemos olvidar que la modernidad católica surge en la contrarreforma por los jesuitas y en especial por la figura de Francisco Suarez, hombre que motivo la filosofía del católico Descartes.
[3] Beuchot, Mauricio, Historia de la filosofía en la posmodernidad, Editorial Torres Asociados, 2009, D.F., México.
[4] Lyotard, Jean-Franceois, La Posmodernidad (explicada a los niños), Editorial Gedisa, 1990, Guanajuato, México.
[5]Mendoza, Álvarez, El Dios escondido en la posmodernidad. Deseo, memoria e imaginación escatológica. Ensayo de teología fundamental posmoderna, Editorial Cátedra, 2010, Guadalajara, México.
[6] Muchos pensadores han puesto en tela de juicio esta afirmación del retorno de lo religioso. En la presentación del libro “Hambre de Dios” del Dr. Juan Carlos Moreno Romo, Mauricio Beuchot afirma que el tal retorno no es más que un montón de supersticiones, y que lo religioso como tal no hay tal retorno https://www.youtube.com/watch?v=OsjPIK1lwX8&spfreload=10. Philippe Muray también afirma que lo que hay es un “Buffet de los religioso”. En el cual, los individuos eligen las religiones, sincretismos o sectas que se le viene a la gana, sin una autentica reflexión, para dar paso a lo que llama “Homo festivus”. Más adelante diré que tiene de cierto este retorno de lo religioso.
[7] Girard, Rene, Vattimo, Gianni, ¿Verdad o fe débil? Dialogo sobre cristianismo y relativismo, Editorial Paidos, 2013, D.F., México.
[8] Girard, Rene, Veo a Satán caer como el relámpago, Editorial Anagrama, 2012, Barcelona, España. Rene Girard observara en su obra que una de las razones por la cual Nietzsche odiaba al cristianismo es por su “mórbida” conciencia hacia los pobres. Nietzsche tratara de revivir el espíritu “Dionisiaco”, el cual es el espíritu del ritual “pharmakon”. Jean-Luc Nancy también observa en su mito nazi que Hitler tomando esta tesis de Nietzsche busca erradicar a la raza judía y a todo rastro de cristianismo, para poder así sembrar un olvido de la conciencia auto-reflexiva sobre los débiles.
[9] Girard, Rene, Veo a Satán caer como el relámpago, Editorial Anagrama, 2012, Barcelona, España.
[10] Girard, Rene, Veo a Satán caer como el relámpago, Editorial Anagrama, 2012, Barcelona, España.
[11] Girard, Rene, Veo a Satán, caer como el relámpago, Editorial Anagrama, 2012, Barcelona, España.
[12] Girard, Rene, Veo a Satán caer como el relámpago, Editorial Anagrama, 2012, Barcelona, España.
[13] Muray, Philippe, L`Empire du Bien, Essai, 2010, Paris, Francia.
[14] Muray, Philippe, L`Empire du Bien, Essai, 2010, Paris, Francia
[15] Moreno Romo, Juan Carlos, Hambre de Dios, Editorial Fontamara, 2010, D.F., México. 

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