Nuestra
sociedad posmoderna nos ha ayudado a ver a las víctimas que habían sido
ignoradas en los siglos pasados. Esta
concientización de las victimas nace a raíz de las masacres efectuadas en el
siglo XX. La modernidad, “era de las luces” dirían nuestros amigos
“ilustrados”, se desplego un muy agresivo antropocentrismo y etnocentrismo en
el cual quedaron muy marcados en la Alemania Nazi[1],
sobre todo en Auschwitz. Los fuertes totalitarismos que masacraron a muchas
razas, credos religiosos, homosexuales, inmigrantes, etc fueron a causa del
racionalismo protestante-moderno[2],
el cual buscaba el bienestar total del hombre en la tierra, pero esta ambición
lo llevo a terribles consecuencias.
Caminando
en la historia, la humanidad ha confrontado la modernidad con un nuevo
movimiento de pensamiento el cual llamamos: posmodernidad. La posmodernidad
puede entenderse como reacción contra la modernidad[3].
La posmodernidad ofrecerá a la humanidad una visión más plural de la realidad
humana. Esto significa que la posmodernidad ofrece el fin de los grandes
“metarrelatos”[4]. Es
decir, trata de acabar con una visión univoca de la historia, para darle paso a
la “muchas micro-historias” que existen en cada individuo humano. Esto da el
paso a la valorización del individuo humano, y a concientizarse ante las
victimas que no solo fueron ignoradas, sino incluso pisoteadas.
Las
victimas que son revalorizadas en estos días son los pobres, los homosexuales,
las lesbianas, los inmigrantes, los grupos indígenas, etc[5].
La posmodernidad sin duda nos ha ayudado a buscar nuevos horizontes que la
modernidad nos había privado; y cabria decirlo, y esto es importante en esta
reflexión, está de regreso la dimensión religiosa[6],
que tanto la modernidad se había empeñado en quitarnos.
Aunque parezca en el olvido, se puede afirmar que la religión cristiana está
tomando mucha en nuestros días, de una manera silenciosa y sin darnos cuenta.
El cristianismo detrás de la
posmodernidad: René Girard como nuestro Virgilio.
Parece
que todo rastro de cristianismo ha quedado, tanto que ahora nuestras
sociedades, en su precoz e hinchado orgullo, se hacen llamar sociedades
post-cristianas. ¿Hay acaso una luz que pueda usar el cristianismo para
vindicarse en nuestros días? Para René
Girard, antropólogo francés, no solo da un sí contundente, sino que incluso
afirma que estas sociedades siguen siendo cristianas y mucho más cristianas que
hace siglos, e incluso, ha predicho un futuro cristiano[7].
¿Que toma en cuenta el pensador francés para afirmar algo tan poco vislumbrado?
Girard afirma que el cristianismo sigue en la conciencia de las sociedades
occidentales por su preocupación de las victimas olvidadas e incluso a veces
demonizadas por las sociedades no cristianas[8].
Las sociedades arcaicas, explica Girard, como
la griega clásica o la azteca, no había tal preocupación por las víctimas,
hasta llegaron a ver bien su exterminio
para el bien de la sociedad. Incluso en la Grecia clásica, tan civilizada como
nos lo pintan los modernos y algunos contemporáneos, se utilizaba el ritual
llamado pharmakon[9]. El
pharmakon era un ritual de "limpia" de las ciudades de los enfermos y
otros no "deseados"[10].
Toda sociedad arcaica nace a través del sacrificio sangriento fundador. Lo
podemos ver en muchos mitos: Desde Rómulo y Remo, hasta la mitología griega
donde todos los dioses son liberados tras la muerte de Cronos. La violencia
está impregnada en todas las civilizaciones arcaicas. Lo más interesante de
estos asesinatos fundadores, subraya Girard, es que se procedía a eliminar a un
individuo inocente, debido a que era motivo de escándalos en la sociedad, por
lo cual se procedía en primer lugar a demonizarlo, ya que la multitud
enfurecida por los deseos miméticos lo culpa de todas las calamidades que vive
el pueblo y el pueblo decide asesinar al individuo. Posteriormente de ello, la
población es aliviada de sus problemas y tras este acontecimiento el individuo
asesinado pasa de demonio a ser un dios[11].
En la antigüedad se podía decir sin ningún sofismo que “Satán expulsa a Satán
con el poder de Satán”. Debido a que la violencia se expulsaba con violencia, y
nadie se daba cuenta del círculo vicioso mimético que vivían las sociedades
arcaicas, e incluso, veían necesario este acontecimiento sangriento.
La
cultura judía y la cristiana, observa Girard, serán las primeras en darse
cuenta de este fenómeno, y comenzaran a hablar a favor de los débiles. Y esta
reflexión de la violencia llegara en su apogeo con la figura de Jesús de
Nazaret, como aquel inocente que no merecía morir y que fue llevado a la cruz
por la multitud enfurecida[12]
por miedo al escándalo que era Jesús. Comprendido esto el cristianismo es una
visión que acoge a los débiles y reclama las injusticias de la cual ellos son
víctimas. La posmodernidad esta contagiada de este amor por los olvidados, y
renace en ese amor por los débiles que la modernidad trataba de erradicar por
medio de los totalitarismos.
La
posmodernidad se puede decir que es un resurgimiento del espíritu cristiano sin
"cerebro". Y no quiero decir "sin cerebro" en el sentido de
idiotez, si no en el sentido de que no sabe hacia dónde caminar... ¡Pero
reconoce a los débiles!. La oportunidad de la reivindicación del cristianismo
esta donde está donde residen los débiles y los pobres. Ya que la Iglesia es la
casa predilecta de ellos.
El imperio del Bien tras la ingenua posmodernidad
Sin
embargo, aun detrás de este sincero golpeteo de pecho que se hace la sociedad
posmoderna se esconde ciertos intereses económicos
e imperialistas del neo-colonialismo capitalista neo-liberal. Buscando crear
hombres "felices" y muy festivos, la modernidad, y también la
posmodernidad, ha condenado la historia
como una boutique de malos recuerdos y se han sumergido en la nueva
"fiesta" hedonista que ofrece el mercado Neo-Liberal. Philippe Muray
ya nos ha advertido de esta nueva forma de totalitarismo que se nos está
imponiendo de manera lenta, y que cada vez va más rápida, esta nueva forma de
"neo-ética" y "neo-lenguas". Este nuevo imperio, al cual
Murray llama “Imperio del Bien”, se ha dado cuenta de esta conciencia de los
pobres y la ha tomado para poder alinear a los individuos y así controlarlos
con nuevos ídolos[13].
El
pensador francés habla de personalidades que ayudan a propagar esta destrucción
de lo "añejo" para dar lugar a lo "nuevo", y estas figuras
de lo nuevo paradójicamente son las victimas que fueron dañadas en los siglos
pasados. Este nuevo imperio pone como ejes de sus estructuras a muchas figuras
que eran las victimas hace siglos: como el homosexual, el turista (extranjero),
el de izquierda (como aquel que busca a los pobres)[14],
etc. Victimas en el pasado, y que ahora son redimidas y salvadas por el
“Imperio del Bien”, pero que esa “salvación” tiene un costo, y el precio es
prestar su figura para propagar este paraíso hedonista que nos ofrece la nueva
aldea global.
Este
imperio no ha hecho más que tomar el
lugar del cristianismo, y adjudicarse a sí mismo esta preocupación por los
débiles. Creando así un totalitarismo usando para estos fines a los débiles
para su expansión[15].
¿Quién pues no se sentiría abrumado ante
el dolor de una mujer golpeada, o ante el homosexual maltratado en los sitios
públicos? Así el imperio del Bien avanza, buscando destruir los “paradigmas” de
las antiguas y ya obsoletas estructuras de occidente. No hace falta mucha perspicacia para darse
cuenta de la jugada que hace este nuevo totalitarismo disfrazado de
anti-totalitarismo. Pues es fácil darse cuenta que a estos gobernantes,
actrices, modelos o conductores no les importa realmente la suerte de estas
personas maltratadas, que los hombres y mujeres de su propia familia. La suerte
de los débiles les viene igual, lo que ellos buscan es usarlos para su propia
expansión de esta nueva “iglesia global”.
Debemos
de estar alertas ante las nuevas tentativas que nos presenta este lobo vestido
de oveja, como cristianos darnos arrebatarles a las víctimas que han sido
utilizadas como mero producto del mercado, para darles un buen lugar en el
corazón de la iglesia; lugar que ellos merecen.
Bibliografía:
Beuchot,
Mauricio, Historia de la filosofía en la posmodernidad, Editorial Torres
Asociados, 2009, D.F., México.
Lyotard,
Jean-Franceois, La Posmodernidad (explicada a los niños), Editorial Gedisa,
1990, Guanajuato, México.
Girard,
Rene, Veo a Satán, caer como el relámpago, Editorial Anagrama, 2012, Barcelona,
España.
Muray,
Philippe, L`Empire du Bien, Essai, 2010, Paris, Francia
Mendoza,
Álvarez, El Dios escondido en la posmodernidad. Deseo, memoria e imaginación escatológica.
Ensayo de teología fundamental posmoderna, Editorial Cátedra, 2010,
Guadalajara, México
Girard,
Rene, Vattimo, Gianni, ¿Verdad o fe débil? Dialogo sobre cristianismo y
relativismo, Editorial Paidos, 2013, D.F., México
Moreno
Romo, Juan Carlos, Hambre de Dios, Editorial Fontamara, 2010, D.F., México
[1] Nancy, Jean-Luc,
Lacoue-Labarthe, Philippe, El mito nazi, Anthropos, 1991, Barcelona, España.
[2] En el
texto “El trasfondo espiritual de nuestros racionalismos. O sobre el preciso
punto en que difiera la modernidad más bien luterana y la genuinamente
cartesiana” Juan Carlos Moreno Romo hace un esbozo de los distintos tipos de
racionalismos que se dieron en el inicio de la era moderna. Descarta que el
racionalismo cartesiano (católico en el fondo) sea el mismo que los alemanes
desarrollaron de la mano de Kant y Hegel. No podemos entonces culpar a toda la
modernidad por los fuertes totalitarismos que ocurrieron en el siglo XX, sino
al racionalismo que se genero en la Alemania protestante. No debemos olvidar
que la modernidad católica surge en la contrarreforma por los jesuitas y en
especial por la figura de Francisco Suarez, hombre que motivo la filosofía del
católico Descartes.
[3] Beuchot,
Mauricio, Historia de la filosofía en la posmodernidad, Editorial Torres
Asociados, 2009, D.F., México.
[4] Lyotard,
Jean-Franceois, La Posmodernidad (explicada a los niños), Editorial Gedisa,
1990, Guanajuato, México.
[5]Mendoza,
Álvarez, El Dios escondido en la posmodernidad. Deseo,
memoria e imaginación escatológica. Ensayo de teología fundamental posmoderna,
Editorial Cátedra, 2010, Guadalajara, México.
[6] Muchos
pensadores han puesto en tela de juicio esta afirmación del retorno de lo
religioso. En la presentación del libro “Hambre de Dios” del Dr. Juan Carlos
Moreno Romo, Mauricio Beuchot afirma que el tal retorno no es más que un montón
de supersticiones, y que lo religioso como tal no hay tal retorno https://www.youtube.com/watch?v=OsjPIK1lwX8&spfreload=10.
Philippe Muray también afirma que lo que hay es un “Buffet de los religioso”.
En el cual, los individuos eligen las religiones, sincretismos o sectas que se
le viene a la gana, sin una autentica reflexión, para dar paso a lo que llama
“Homo festivus”. Más adelante diré que tiene de cierto este retorno de lo
religioso.
[7] Girard,
Rene, Vattimo, Gianni, ¿Verdad o fe débil? Dialogo sobre cristianismo y
relativismo, Editorial Paidos, 2013, D.F., México.
[8] Girard,
Rene, Veo a Satán caer como el relámpago, Editorial Anagrama, 2012, Barcelona,
España. Rene Girard observara en su obra que una de las razones por la cual
Nietzsche odiaba al cristianismo es por su “mórbida” conciencia hacia los
pobres. Nietzsche tratara de revivir el espíritu “Dionisiaco”, el cual es el
espíritu del ritual “pharmakon”. Jean-Luc Nancy también observa en su mito nazi
que Hitler tomando esta tesis de Nietzsche busca erradicar a la raza judía y a
todo rastro de cristianismo, para poder así sembrar un olvido de la conciencia
auto-reflexiva sobre los débiles.
[9] Girard,
Rene, Veo a Satán caer como el relámpago, Editorial Anagrama, 2012, Barcelona,
España.
[10] Girard,
Rene, Veo a Satán caer como el relámpago, Editorial Anagrama, 2012, Barcelona,
España.
[11] Girard,
Rene, Veo a Satán, caer como el relámpago, Editorial Anagrama, 2012, Barcelona,
España.
[12] Girard,
Rene, Veo a Satán caer como el relámpago, Editorial Anagrama, 2012, Barcelona,
España.
[13] Muray,
Philippe, L`Empire du Bien, Essai, 2010, Paris, Francia.
[14] Muray,
Philippe, L`Empire du Bien, Essai, 2010, Paris, Francia
[15] Moreno
Romo, Juan Carlos, Hambre de Dios, Editorial Fontamara, 2010, D.F., México.
0 comentarios:
Publicar un comentario