martes, 28 de junio de 2011

Pacientes lectores, me hallo de vuelta, con la firme intención de plasmarles con la total perfección posible mi última reflexión.

Durante milenios se ha jugado errónea e inconscientemente con la imperfecta y torpe idea de que la lógica humana basada en las causas y consecuencias de los acontecimientos de la vida cotidiana era la herramienta adecuada para descifrar los mayores enigmas de la humanidad. No obstante reiteración patente, estaban en un profundo equivoco. La lógica humana basada en los fenómenos patentes en la cotidianidad es provechoso y apropiado con el único objetivo de tantear cuestiones que no sobrepasen los límites de lo mero cotidiano. Sin embargo, si con franca determinación decidimos abandonar los confines cotidianos para conocer y analizar la verdad que sobrepasa tal realidad citada repetidamente, precisamos del "sexto sentido", las matemáticas, esencial disciplina lógica que nos facultará para percatarnos y comprender las leyes que rigen la naturaleza, y está mediante el manejo de los números nos dotará de la compleja capacidad de proporcionar respuestas verdaderas a interrogantes imposibles aparentemente reflexionados. Pues las matemáticas son el lenguaje más exacto existente para la intelección del universo, pues parte de axiomas  irrefutables, y desde tal punto se desarrollan descubriendo concluyentes deducciones a problemas que avanzan en dificultad arribando a colapsos mentales en sus solucionadores. Mas "trucos", "atajos" son introducidos por geniales matemáticos , como ayuda para navegar por el inmenso océano de valores numéricos.

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