sábado, 23 de noviembre de 2013

En esta especial ocasión he tomado la firme determinación de tratar un asunto que lleva atormentándome desde que poseo conciencia lingüística.

Es sabido por todo ser viviente del siglo XXI, que inevitablemente nuestra hermosa lengua española se halla ampliamente contaminada por extranjerismos, especialmente por anglicismos. Estos son palabras proveniente de la lengua inglesa, agentes conceptuales que envenenan nuestro idioma haciéndolo inexacto y vulgar. Desde mediados del siglo XX los anglicismos han ido adentrándose lentamente en nuestra lengua, a pesar de ello, al principio del citado proceso, el número de anglicismos entrantes no era demasiado elevado, por lo que podía entenderse como un proceso natural y entendible. Sin embargo con los años y el avanzado dominio anglosajón en el mundo, los anglicismos entran por doquier, y lo más grave de todo es la falta de oposición por parte de los hispanohablantes, ¡que indefensos ante la marabunta de nuevas palabras extranjeras, no hacen otra cosa que adaptarse y tomarlas como propias!.

Actualmente el número de palabras procedentes del inglés en nuestra lengua española asciende a miles, y sigue en constante aumento. Existen determinadas jergas donde los términos utilizados son exclusivamente ingleses, podría citar ejemplos como el tenis, la informática...A pesar de lo que sucede, la gente hispanohablante parece no tomar la más mínima conciencia, evadiendo su legítima obligación de defender nuestro hermoso patrimonio intangible. Ciertos individuos osarán creer que tal proceso de contaminación lingüística es algo perfectamente normal, que en lugar de empobrecer la lengua invadida, la enriquece. No obstante me temo que se equivocan rotundamente.

Necesitamos desesperadamente cuidar la maravillosa lengua de Cervantes, el segundo idioma más importante del mundo, un patrimonio cultural increible que expresa la singular manera de entender el mundo de la cultura hispánica. Es evidente que nuevos términos han de surgir, pues el avance en todos los ámbitos de la vida precisa de nuevas palabras para designar nuevas realidades. Pese a esto, hemos de esforzarnos e intentar crear y utilizar para designar esas nuevas realidades, términos propios, no procedentes del exterior.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me parece un muy buen articulo y super recomendable. Os recomiendo leer este blog de mi amiga y ya me comentas que os parece. Saludos.

Anónimo dijo...

2-3

An536 dijo...

¡¡Q verdad!!