viernes, 17 de enero de 2014


Me sentía triste al ver como en este mundo la deshumanización había llevado a que no me hablaran, me sonrieran o me dijeran una palabra amable. Mis quejas y mi desazón bajaban mi energía; me hacían sentir vulnerable en este terrible mundo.

Y el corazón en su magia me dio la clave…”sonríe tú, sé amable tú, preocúpate por el otro tú”.

Comencé a sonreír mirando a los ojos y pude así sentir el placer del que hace un regalo acortando la distancia entre corazones.
Conecté con la fuerza del que sabe que un mundo mejor está al alcance de su mano.

Me sentí poderosa al comprobar que con mi sonrisa y mi amabilidad hacía que otros activaran la suya.

Dejé de quejarme y comencé a actuar dando a los otros lo que yo quería para mí.

Y como un boomerang, como un reflejo, todo se me dio de vuelta.

La magia consiste en crear la vida de mis sueños. Así con la alquimia de mi corazón sonrío y el mundo me sonríe a mí.

Mariví

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