No sé si debería ser tan claro y conciso, pues me granjeo la crítica más radical de los adversarios, mas me es indiferente, pues nadie podrá callar lo que mi mente y mi corazón sienten. La vida puede ser maravillosa, pero también catastrófica bajo el yugo de ciertos "desvergonzados". No me odien de veras, pues sólo soy honesto en mis palabras.
No voy a cambiar, no seré tolerante por miedo a las burdas críticas de aquellos que creyéndose "progres" me acusan de fascista por tener ideales conservadores. Queridos ignorantes, mi ideología dista mucho de ser fascista, pues el fascismo es "el socialismo de camisa azul". No obstante, no tengo problema en admitir que soy un gran convencido de que la derecha política española es la gloriosa sabia y defensora de la unidad nacional. La verdadera tendencia derechista es hermosa, loable, y fiable. Los conservadores defendemos la familia, la tradición (positiva), la patria (unidad) y la verdad religiosa. No rechazamos progresar en diversos aspectos de la existencia, mas "hay cosas que jamás cambian", pues provienen de un lugar divino y supremo.
El socialismo, hijo actualizado del comunismo, es un mal (menor que su padre), pero muy calamitoso. Cuando el socialismo toma el poder, sus líderes se radicalizan y retornan a sus orígenes comunistas, tratando de imponer los disparatados y perversos planes sociológicos, éticos y económicos algún día postulados por el demonio Karl Marx y su amigo tonto, Engels. Los frustrados en la pobreza, los desdichados por mala fortuna, los hijos alejados de la verdad, ellos, sí, ellos, por circunstancia, por coyuntura, mutan en comunistas...
Jesús Kuicast
1 comentarios:
Espero sea tu comentario muy personal porque te falta mucho por investigar a estos 2 personajes que mencionas, ponte a estudiar que la emoción te ha nublado.
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