Queridos lectores y lectoras, en este momento tan idóneo me siento movido por una fuerza sobrenatural, una energía que me insta amorosamente a defender a nuestra madre común, la santísima Virgen María.
Quizá no la consideren un tema interesante, es posible que algunos inútiles osen calificar a nuestra madre universal de creencia anacrónica, y lo más resignados podría ser que comenzasen un férreo ataque contra d mi persona.
LUTERO, EL INDUCTOR AL OLVIDO MARIANO:
Desde que el mal nacido Lutero decidiera escindirse, no por las injusticias que sucedían en la iglesia de la época, sino por su propia egolatría y manifiesta megalomanía. Debido a su perversa y enfermiza ansia de convertirse en el nuevo líder supremo del cristianismo puro. Lutero no fue el buen hombre vendido por la propaganda de las iglesias y sectas protestantes. Este señor traicionó a la única iglesia legítima, e interpretó las santas escrituras sin la autoridad necesaria, sin el beneplácito de Dios.
Podría extenderme mucho sobre este asunto, pero iré a los puntos claves de la herejía luterana. Han abandonado a María, la madre de Jesús, para ellos es un simple personaje histórico relevante. En sus centros de reuniones no hay nada sobre la santísima Virgen, no la mencionan, les es indiferente. ¡Os habéis dejado llevar por el maligno!, pues la madre de Dios, la madre de la humanidad, nuestra co-redentora es poderosa y concede grandes milagros, es un puente fundamente para llegar a Cristo.
El luteranismo ha desembocado en miles de confesiones cristianas, la mayoría sectarias, donde impera la confusión, y cargan con el peso de la traición.
Jesús Kuicast
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