La anciana y moribunda España atraviesa la que podría calificarse como la peor crisis moral, política y de identidad.
La
crisis territorial que sufre nuestro país es verdaderamente alarmante. Los
nacionalismo periféricos (principalmente el catalán y el vasco) amenazan con
aniquilar la unidad nacional. Ya anunció el presidente de la Generalitat (Sí,
lo pongo en català , ya que es una
lengua tan española como el castellano por mucho que los nacionalistas intenten
negarlo) Artur Mas que para 2014 tendría lugar la famosa consulta
independentista. Hoy, sus compañeros separatistas vascos de Bildu (Ese grupo
integrado por los despreciables y miserables representantes de ETA en las
instituciones públicas que chupan del dinero de todos los españoles y que por
desgracia tenemos que soportar gracias al gran sistema judicial que tenemos en
este país) han anunciado que también convocarán un referéndum sobre la
independencia. Visto el panorama actual, no es de extrañar que algunos pensemos
que, a este paso, vayamos a correr el mismo destino que Yugoslavia. Pero no
solo existen movimientos separatistas en España, si no también en Francia (Nacionalismo
corso, occitano, bretón, alsacio, loreno), Reino Unido (Escocia, Gibraltar,
Ulster), Alemania (Baviera), Italia (Nacionalismo padano), etc…
La
diferencia entre estos países europeos y España es muy simple: En unos están
directamente prohibidos, como en el caso de Francia, y en otros apenas tienen
representación electoral. Entonces, ¿por qué en España están tan extendidos? La
respuesta es bien sencilla: El Estado no hace nada para combatirlos, en lugar
de ello permite que estos movimientos separatistas se nutran a través de la
manipulación de la Historia (Como la supuesta “conquista” española de Cataluña
en 1714 o la afirmación de que Zumalacárregui luchó por la independencia de
Euskadi cuando en realidad fue un general español
fiel a la causa carlista, luchando por la defensa del absolutismo y los
fueros vascos), un falso victimismo como el famoso “Espanya ens roba” (Resulta irónico que se diga esto cuando Cataluña
ha sido siempre la favorita de España. Resulta gracioso lo absurdo que puede
llegar a ser el nacionalismo catalán pidiendo la independencia al mismo tiempo
que piden dinero para pagar sus deudas) o métodos propios de regímenes
totalitarios como la imposición del catalán (Multando a los comerciantes que
rotulen en castellano, castigando a niños que no hablen catalán en el patio,
imposibilidad de estudiar asignaturas en castellano) o el euskera (El año
pasado el partido etarra [Las cosas por su nombre] aprobó una ley que permitía
el despido en caso de no saber euskera). Lo irónico de esto es que luego los
fascistas somos los que nos sentimos españoles.
Puedo
afirmar sin equivocarme que los españoles son los más tontos de toda la Unión
Europea. España es el único país del mundo donde está bien visto ser
nacionalista catalán, vasco, gallego, canario (Y así todas las provincias) pero
está mal visto ser patriota, lo cual resulta totalmente absurdo; resultado de
una gran ignorancia tanto política como histórica. Ser español, al igual que
ser republicano, es un sentimiento que no está sujeto a ninguna ideología. Ser
español NO implica apoyar al actual sistema político corrupto decrépito cada
vez más decadente. Ser español no implica ser monárquico, católico,
conservador, fascista, racista o xenófobo. Ser español no significa estar en
contra de las particularidades y culturas regionales si no más bien todo lo
contrario como bien dijo Luis de Camões
(poeta y escritor portugués del S. XVI): “Hablad
de castellanos, aragoneses, navarros o portugueses, porque españoles somos
todos”.
Dicho lo cual, no esperéis a que los
políticos “arreglen” todo este desastre nacional (Tanto político como
económico), ya que no se puede ser la solución siendo el origen del problema.
Una vez más, asistimos a una repetición de la Historia: Al igual que en 1808,
las élites políticas y económicas están al servicio de potencias extranjeras y
oligarquías económicas contrarias al interés nacional. Una vez más, seremos los
españoles de a pie quienes tengamos que “rescatar” a nuestra patria de las
manos de especuladores y corruptos.
Si algo nos ha enseñado la Historia, es que
la fuerza de los españoles reside en la unión, una unión corre más peligro que
nunca a día de hoy. Y, cuando valoremos más los lazos históricos y culturales
que nos unen en lugar de los que nos separen, será cuando España acabe con
todas las fuerzas que amenazan su existencia. En cambio, si en lugar de eso nos
dedicamos a seguir callados, resignándonos a aceptar como normal toda la serie
de sinsentidos al que asistimos diariamente, el español pasará a ser un mero
recuerdo y ocuparemos el mismo lugar que Montenegro, Georgia, Azerbaiján, etc…
: Totalmente irrelevante.
Fran Hortal
1 comentarios:
"El nacionalismo se cura viajando y el carlismo leyendo"
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