lunes, 24 de marzo de 2014


¡Felicidad universal!,¡todo es de todos!,¡la Tierra no es de nadie! Señores y señoras me llena de orgullo y satisfacción manifestar en el día presente la colosal hipocresía que está grabada celularmente en los izquierdistas-comunistas. ¿Cómo soy capaz de criticar a los seguidores de esta ideología? Pues sólo proponen una sociedad altruista, un lugar donde todos sean aceptados, donde la envidia y la codicia no estén presentes. La plenitud de la bondad insertada en la humanidad. Loable meta.

Miren, seré más claro que el agua. Estos señores que defienden tales ideas maravillosas y deseables por todo el mundo son unos meros hipócritas, ¿por qué? Es sabido por todo ser "con dos dedos de frente" que tales propuestas propias de "un mundo de fantasía" no son factibles, y son utópicas. Estos señores que alardean de progresismo y tolerancia universal tienen la frecuente y negativa tendencia a menospreciar fervientemente e incluso a acosar a los que somos religiosos. Mayoritariamente se burlan de manera despiadada y nos califican de involucionados por creer en el Dios de la verdad.

Estos "obreros" predican sin el ejemplo, pues son la voz del proletariado y de los más infortunados de la sociedad, sin embargo llevan hermosos y lujosos coches, casas de ensueño, sus hijos asisten a colegios privados, y tienen muchísimos amigos empresarios, aristócratas...¡QUÉ HIPOCRESÍA!

Artículo escrito por Jesús Kuicast


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