viernes, 11 de abril de 2014


Algunos afirman que nuestra generación (Los 90 hasta la actualidad) somos los “mejores preparados”, ya que tenemos a nuestro alcance mayor posibilidad de acceso a la información que el que tuvieron nuestros padres y abuelos. Bueno, esto es relativamente cierto.

La educación pública española no solo es gratuita y universal (Al menos en teoría, en la práctica te sablean en matrículas, tasas, seguros, material escolar, etc… Así que de gratuita y universal tiene poco) si no que también es deficiente, muy muy deficiente. El sistema educativo español se basa en clases excesivamente saturadas de alumnos (Compárese el máximo de 20 alumnos por clase en los países nórdicos con los 30 alumnos por clase en España) lo que imposibilita una enseñanza de calidad, además de que tampoco se enseña a los alumnos a resolver eficazmente los problemas que se puedan presentar en la vida cotidiana, estando dicha capacidad de resolución muy por debajo de la media europea y únicamente por delante de países como Eslovenia o Serbia. Otro defecto de la educación española es el pésimo nivel de cultura general de nuestros alumnos. Resulta verdaderamente bochornoso que la mayoría de los jóvenes no sepan los ríos o provincias de España, o que no sepan quién fue Adolfo Suárez. Por no hablar del pésimo nivel de idiomas que tienen nuestros alumnos, lo cual se puede confirmar con la excelente demostración que hizo un chico en el Parlamento Europeo (Que finaliza con una vergonzosa imitación de Ylenia, la choni rubia de Gandia Shore) cuyo vídeo os adjuntaré al final del artículo. Yo mismo me di cuenta de las deficiencias respecto a los idiomas cuando nos visitaron en la facultad alumnos alemanes de arqueología, los cuales dominaban a la perfección el inglés, el alemán, el francés, el castellano y el italiano. El desconocimiento de idiomas por parte de la mayoría nuestro alumnado únicamente perjudica a nuestros estudiantes, que se verán incapaces de competir contra nuestros socios europeos.

Por otra parte, en la aulas se ha fomentado la ley del mínimo esfuerzo, siendo posible pasar de curso con varias asignaturas suspensas (Esto resultaría impensable en países normales), lo cual fue idea de nuestro excelentísimo expresidente Zapatero, que cargado de buenas intenciones, disminuyó el nivel exigido en las aulas para evitar el abandono escolar. Pero, ¡Cuán grande fue su sorpresa al ver que el efecto fue justo el contrario! Situándose la tasa de abandono escolar en unas de las más altas de Europa (Concretamente un 23,9% en el 1º Trimestre de 2013), lo que  me parece vergonzoso y humillante.

Todos estos problemas en el sistema educativo, sumados a los ya existentes como el aumento del precio de los libros de texto o las tasas universitarias, han derivado en una falta de interés hacia los estudios y la cultura por parte de los jóvenes españoles. Fiel reflejo de ello son los ídolos de la juventud, como los tronistas de Mujeres y Hombres Y Viceversa o los protagonistas de Gandía Shore. Gracias a la telebasura, mi generación se ha convertido en una generación de apáticos, sin interés ni preocupación por su formación y futuro. Una generación que lo único que han leído han sido los estados de Tuenti o Twitter con unas faltas de ortografía que harían llorar a Miguel de Cervantes. Una generación que desprecia la lectura, que es por excelencia el medio básico para la propagación de la cultura, ya que consideran a esta como aburrida. En lugar de todo ello prefieren imitar a sus ídolos de la telebasura, es decir, ganando el mayor dinero con el menor esfuerzo posible. Se preocupan por tener un físico perfecto, y en este vano intento por alcanzar la belleza perfecta, olvidan cultivar su mente. De nada te sirve tener cuerpo de escultura griega si tienes la cabeza tan hueca como estas.

Esta incultura y falta de interés se traducen en ausencia de espíritu crítico, siéndole completamente indiferente la situación nacional, convirtiendo así a la juventud en una masa carente de capacidad de reacción y fácilmente manipulable. Los únicos beneficiados son los políticos, que podrán seguir manteniendo sus privilegios y robando impunemente mientras siguen presentándonos su decrépito y deficiente sistema como democracia idílica. Mientras tanto, los perjudicados seremos España y los españoles. Los españoles porque, debido a la falta de formación, se verán incapaces de obtener un trabajo que les permita vivir dignamente; y España porque, a este paso, nos convertiremos en un país tecnológica y culturalmente atrasado, lo que conllevará ser un país de segunda, esos de los que se aprovechan los países fuertes, en lugar de ser un país de primera y tener influencia en la política global, que es el puesto que nos corresponde.

NOTA: En este artículo me he referido de forma general al alumnado español, es decir, que también hay excepciones, también tenemos alumnos con un excelente nivel de preparación. ¿Pero dónde están esos alumnos? En el extranjero, ya que en nuestro país no encuentran trabajo ni salida a su formación. Ya tenemos otra cosa más que agradecer a los políticos.

Bibliografía:

-Nivel pésimo de inglés en el Parlamento Europeo, ridículo de España: https://www.youtube.com/watch?v=0Cr8tn8s6yU
-Los jóvenes españoles no saben quién es Adolfo Suarez: https://www.youtube.com/watch?v=mMIEY0RgubA


 Artículo escrito por Fran Hortal.

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