martes, 8 de abril de 2014

Querídisimos e imprescindibles lectores, un día más me encuentro presente en sus vidas mediante mis cuidadas y bienaventuradas palabras. No es mi pretensión la vanagloria, mas me deleito en mi hermosa profesión con palabras positivas colmadas de bendiciones. En el día presente me aventuro a realizar una crítica cinematográfica, pues en las últimas semanas he frecuentado el cine, así como he visualizado multitud de filmes ciertamente interesantes y cautivadores en mi "personal tv". Hoy trataré acerca de "NOÉ", la nueva superproducción norteamericana que está revolucionando el mundo del cine.

Me senté en mi butaca, comencé a comer palomitas de caramelo mientras la gente iba entrando en la sala y ocupando sus butacas asignadas. Estaba ansioso por ver tal película, pues si bien es cierto que era conocedor de los grandes efectos especiales con los que contaba la película, esperaba experimentar ese éxtasis cristiano, que te conmueve el alma de manera indescriptible, pues el gran escogido NOÉ ha sido llevado a la gran pantalla, ¿me decepcionaría la película?, ¿sería fiel al relato bíblico?,¿lloraría de emoción contemplando "la ira" de Dios?

La película comenzó de una manera austera. El relato bíblico de Adán y Eva dio comienzo al espectáculo, sin duda empezaba a ser conmovedor. Las primeras escenas del film se desarrollaban en un paraje lúgubre donde Noé y su familia sobreviven aislado de los males cainitas. La humanidad está maldita, la corrupción y la muerte se han apoderado del humano. Desde que Adán y Eva comieron del fruto los humanidad  fue expulsada del jardín del Edén y condenada a sobrevivir y conseguir alimento con el sudor de su frente. Noé construye el arca junto a unos gigantes de piedra llamados "guardianes". Cuando la irá de Dios comienza, el arca es cerrada, y los humanos no pertenecientes a la familia de Noé, manchados por la corrupción, quedan alejados de la salvación. Las agua limpian el mundo de todo rastro de iniquidad.

Una producción en la cual los efectos son notables, un argumento profundo y trascendental. La actuación de Russell Crowe como Noé es extraordinaria, así como la de su mujer Jennifer Connelly, que interpreta a la fiel, dulce y amorosa mujer de "El elegido por Dios". Sus hijos son fieles a los dictámenes incomprensibles de su padre, pues las cosas de Dios son locura para el mundo. Sin embargo Cam, no logra comprender las vehementes acciones de su padre, concisas y tajantes para con el mundo inicuo, y decide tomar su propio camino.

Una película de fe, hermosa y con una gran dosis de misticismo.

Artículo escrito por Jesús Kuicast.

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