Excelentísimos lectores, me presento ante sus mercedes como un humilde escritor, aquel que precisa de expresar sus verdades a través de la belleza de las palabras. Mi vida es la escritura en sí misma, cada cosa escrita por mí es un fragmento áureo de mi alma. No hay mayor gozo que sentir el amor de los lectores, aquellos que confiando en ti, destinan tiempo en aras de leer tus bienaventuranzas. Amadísimos seguidores del lenguaje kuicástico, en el día presente me aventuro a emprender un viaje introspectivo. En esta travesía manifestaré las revelaciones divinas que recibo, todas y cada una de ellas fruto del razonamiento más lógico jamás hallado.
Actualmente somos testigos de como cada día los divorcios se multiplican de manera exponencial. Antaño era usual observar como jóvenes confusos por la edad, prometían ante Dios una unión matrimonial de carácter vitalicio. No había otra alternativa que contraer matrimonio. La dedicación total de la mujer y el hombre al mantenimiento sentimental-sexual de una relación era obligatoria. En el instante en el que la pareja respectiva era bendecida y recibía el sacramento del matrimonio quedaba sujeta de por vida a una promesa realizada en circunstancias de confusión, propias de una edad temprana para consagrarse de por vida a otra persona. Transcurridos los años, saboreando la dulce libertad, constatamos que aquella no era ni la mejor ni la más saludable manera de coexistir. Hemos de partir de la fundamental premisa de que el amor basado en la sexualidad es perecedero, pues al cabo de un tiempo determinado exactamente por la ciencia, esa atracción bioquímica cesa, permaneciendo en la pareja simple y llanamente una recíproca dependencia emocional. El amor tiene su principio pero también su final. ¡Algunos sollozaran mientras niegan rotundamente lo que escribo!¡Hijos de la vida, no tengáis miedo a la verdad!
¿Cuál es la solución para crear una pareja o matrimonio duradero (nunca eterno)?
La solución total y completa pasa por el necesario establecimiento de una relación basada en la agradabilidad mutua y la amistad. Si nuestra base es sólida con respecto a lo mencionado, los elementos secundarios de una vinculación entre dos personas se darán como forma natural de tal unión. El sexo es un componente secundario en una relación entre dos personas, pues éste produce placer, mas es efímero como el humo. Todo lo asentado sobre el placer tiene un fin inminente, carece de sólidos cimientos.
¿Es admisible el cambio de pareja?
Por supuesto mis queridos hermanos, siempre y cuando el cambio tenga una finalidad renovadora, positiva y experimental. Los humanos atravesamos por diferentes ciclos a lo largo de nuestra vida. Cada etapa de la existencia requiere y precisa de diferentes necesidades y estímulos. Sin embargo mis estimadísimos seguidores, no sucumban al sombrío libertinaje, pues éste es perjudicial para la integridad y dignidad del humano. "Un cambio debe necesariamente conllevar una evolución positiva para el cambiante."
¿Es aceptable el sexo libre?
Nuestros órganos sexuales son sagrados, pues son sublimes productores de vida. Un nuevo ser implica una nueva alma, y ésta es creada por Dios con una preordenación definida. El sexo libre implica la desacralización de este acto y un falta de acatamiento de la voluntad divina.
"Es el ocaso del matrimonio o relación vitalicia. Es el comienzo de una era de dinamización del ser."
Artículo escrito por Jesús Kuicast
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