jueves, 1 de mayo de 2014


Queridísimos hermanos, en el día presente me aventuro a tratar un asunto hermoso como el que más. Si bien es tremendamente cierto que la vida está repleta de dilemas por doquier, hemos de mirar más allá y adentrarnos en  el plano existencial positivista. Dios aprieta pero no ahoga.

Los amigos son aquellos individuos que te acompañan a lo largo de este extraño viaje al que llamamos vida. Son seres que poseen una gran afinidad con nosotros. Una persona dedicándose al jovial menester de divertirse así como a la ardua tarea de consolar sin límites al prójimo, eso es un verídico amigo. No debemos obviar las traiciones entre compañeros en amistad, sin embargo recordemos que "errar es de humanos". Esta máxima ancestral tiene que permanecer necesariamente en nuestra mente alentándonos a perdonar, y a ser disculpados en el caso opuesto. Nadie es perfecto, pues todos gozamos de infinidad de virtudes así como de ciertos defectos. La gran sabiduría reside en visualizar a las personas como lo que pueden llegar a ser, ensalzando sus virtudes y desaprobando piadosamente sus imperfecciones. "Aquel que esté libre de pecado que tire la primera piedra" dijo el Señor.

Existen diversos tipos de amistades:
1.Amistad pasajera, no-vinculante
2.Amistad vinculante
3.Amistad entregada.

Tenemos el sublime deber de subir paulatinamente la escalera de la amistad para arribar al paso último (3). Una amistad entregada es aquella en la que impera el altruismo y la empatía.

Artículo escrito por Jesús Kuicast

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