Cuando
hace unos días vi por televisión el acto del PSOE que reunió a Elena Valenciano
con el ex-presidente José Luis Rodríguez Zapatero, quedé perplejo. Atónito.
Pero sobre todo, indignado. Para quien no lo sepa, dicho acto había sido
organizado para presumir de la etapa de Zapatero al frente del Gobierno,
alardear de sus políticas sociales y de paso, apoyar la candidatura de
Valenciano para las elecciones europeas.
Una
muestra más de la indecencia del PSOE y la mayoría de las personas que lo
componen. Siento expresarme en tales términos, pero me parece vergonzoso sacar
a la luz pública a Zapatero, el peor presidente de la democracia, para presumir
de sus políticas. Una provocación y una ofensa para todos los españoles.
No se
pueden olvidar tan fácilmente esos siete largos y dolorosos años. Siete años en
los que la irresponsabilidad y la
incompetencia de este señor descompusieron España y nos llevaron a un agujero
profundo y oscuro. El mismo agujero en el que el debería estar escondido,
avergonzado por lo que hizo. Después de arruinar España económica, social y
moralmente, de mentir a todos los ciudadanos y de condenarnos a años de
penurias, no solo no ha pedido perdón, sino que tiene procacidad de presumir de
su herencia.
Era
sórdido ver a Zapatero y Valenciano jactarse de sus políticas sociales. Las
desmedidas concesiones a los homosexuales, los falsos logros en igualdad o la
aberrante ley del aborto eran algunos de los “éxitos” que iban atribuyéndose.
La gota
que colmó el vaso vino de la mano de la señora Valeniano, que agradeció a
Zapatero que hiciera una sociedad más justa, más decente y más feliz. Y yo solo
puedo sentir que se están riendo de mí. Que se ríen de mi calvario, del
calvario sufrido por los míos y del calvario que atraviesan millones de
españoles. Insisto: indecencia pura y dura la del PSOE.
Mientras,
el PP, que tiene un ex-presidente con algunos logros verdaderos de los que
presumir, ni siquiera había contado con él para su campaña electoral.
Artículo escrito por Adrián Nicolás Doblas.
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