lunes, 9 de junio de 2014

Gloriosos y celestiales acompañantes de camino, si bien es cierto que no publico tan asiduamente como antes acostumbraba, también es evidente que proseguiré con mi labor de ensayista-articulista hasta que la muerte me lleve consigo. Grandes masas son las que detestan mis loables artículos, y grandes lúcidos las que los aman. ¿No es más cierto que un intenso seguidor vale por setenta detractores?, ¿que muchas moscas coman mierda, significa que la mierda es buena? Admirados lectores, el tema que en el día presente me concierne es de vital importancia para el género femenino, pues siento las bases de una nueva estética plural que ha de imperar sin rival.

Actualmente la sociedad se ha trastornado gravemente. A causa del neoclasicismo que volvió a reinar en la edad moderna, así como de filósofos y diseñadores frustrados, se establecieron en la sociedad nuevos cánones estéticos, en parte heredados de los griegos, y por otro lado instaurados por los filoperfeccionistas. Esta es la grave historia de una sociedad que paulatinamente prioriza lo superfluo, marginando lo profundo e intenso. Los medios audiovisuales nos muestran féminas extremadamente delgadas. Los maniquíes de las grandes tiendas de ropa representan el ideal de la perfección áurea y máxima. Hoy en día todo nos empuja irremediablemente hacia la perfección exterior y a la imperfección interior. Hombres y mujeres padecen de esta corriente global, pero en el ensayo presente me gustaría enfocarme en las mujeres, seres poderosos sin duda alguna. Patologías como la anorexia o la bulimia son cada día más frecuentes debido al desalentador hecho de que "el gran orden mundial" induce a la juventud a marcarse metas física que en muchos casos son utópicas. El sobrepeso y la obesidad son la clara consecuencia de la frustración humana. Tales estados físicos son insanos para quienes los padecen. La salud siempre en primer lugar, la estética en segundo puesto.

El peso ideal para una persona ha de ser indicado por un profesional en nutrición, no por un diseñador excéntrico. Mientras que el peso de una fémina esté dentro de límites saludables, podemos afirmar y debemos aconsejarles que han de obviar las tendencias nocivas de la estética global y esforzarse por aceptarse a sí mismas, y por consiguiente, ser felices. Los cretinos que osen descalificar a una mujer por su peso merecen el repudio social.

Artículo escrito por Jesús Kuicast.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

eso esta bien me agrado el chow

Anónimo dijo...

Te amo Kuicast....tienes unos valores impresionantes.

Anónimo dijo...

Hola Jesús, sigo tu blog desde años y me conmoví con este artículo. Gracias.