jueves, 15 de enero de 2015



Era tarde de miércoles, y gozaba de tiempo libre. Así que determiné ponerme en contacto con mi compañera cinéfila por excelencia, mi madre. Ambos acordamos la necesidad de asistir al cine para poder contemplar la gran "obra maestra" dirigida por la inteligente y hermosa Angelina Jolie. Eso hacía más atractiva la idea de asistir a visualizar el film, pues es un tanto extraño que la que estamos habituados a que actúe, ahora dé el salto a la dirección. La película había sido anunciada sin cesar en las televisiones nacionales, por lo que fuimos con la firme idea de ver "Unbroken"(Invencible).


Como de costumbre las palomitas de caramelo eldulzaban nuestro paladar, mientras aguardábamos anhelantes el inicio del mencionado film. Los trailers acabaron y dio comienzo el "show". La película comienza mostrándonos una escena bélica aérea. Jack O'Connell da vida al protagonista "Louis Zamperini", un italiano afincado en Estados Unidos que lucha junto a su patria adoptiva en la temible II guerra mundial. Luis Zamperini era un atleta afamado que participó en los juegos olímpicos de 1936. Una vez acabados los juegos olímpicos "más nazis" de la historia, se alistó en las fuerzas aéreas norteamericanas, ayudando a su país adoptivo en su ardua contienda contra Japón. Es un film pausado en el que se narra la historia de un hombre invencible, de un ser humano dispuesto a sobrevivir sea como sea. Náufrago, prisionero de guerra, maltratado por un sádico militar japonés...Nada ni nadie logrará acabar con el atleta, un hecho que nos desvela su heroica fortaleza mental y física.


Estados Unidos gana la guerra a Japón y los prisioneros norteamericanos recluidos en los campos de concentración son liberados. Zamperini prometió a Dios que si sobrevivía consagraría su vida a él, este juramento le hace retornar años después a Japón para perdonar a aquellos que un día fueron sus demonios...


Artículo escrito por Jesús Kuicast.

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