Era
tarde de miércoles, y gozaba de tiempo libre. Así que determiné
ponerme en contacto con mi compañera cinéfila por excelencia, mi
madre. Ambos acordamos la necesidad de asistir al cine para poder
contemplar la gran "obra maestra" dirigida por la
inteligente y hermosa Angelina Jolie. Eso hacía más atractiva la
idea de asistir a visualizar el film, pues es un tanto extraño que
la que estamos habituados a que actúe, ahora dé el salto a la
dirección. La película había sido anunciada sin cesar en las
televisiones nacionales, por lo que fuimos con la firme idea de ver
"Unbroken"(Invencible).
Como
de costumbre las palomitas de caramelo eldulzaban nuestro paladar,
mientras aguardábamos anhelantes el inicio del mencionado film. Los
trailers acabaron y dio comienzo el "show". La película
comienza mostrándonos una escena bélica aérea. Jack
O'Connell da vida al protagonista
"Louis
Zamperini", un italiano afincado en Estados Unidos que lucha
junto a su patria adoptiva en la temible II guerra mundial. Luis
Zamperini era un atleta afamado que participó en los juegos
olímpicos de 1936. Una vez acabados los juegos olímpicos "más
nazis" de la historia, se alistó en las fuerzas aéreas
norteamericanas, ayudando a su país adoptivo en su ardua contienda
contra Japón. Es un film pausado en el que se narra la historia de
un hombre invencible, de un ser humano dispuesto a sobrevivir sea
como sea. Náufrago, prisionero de guerra, maltratado por un sádico
militar japonés...Nada ni nadie logrará acabar con el atleta, un
hecho que nos desvela su heroica fortaleza mental y física.
Estados
Unidos gana la guerra a Japón y los prisioneros norteamericanos
recluidos en los campos de concentración son liberados. Zamperini
prometió a Dios que si sobrevivía consagraría su vida a él, este
juramento le hace retornar años después a Japón para perdonar a
aquellos que un día fueron sus demonios...
Artículo
escrito por Jesús Kuicast.
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