Seres oscuros.

El ser humano a lo largo de su desarrollo ha compartido relación con distintos tipos de seres que pertenecen a otros reinos o entornos. El entorno es dual y los seres que habitan esos entornos adquieren esa naturaleza dual. El ser humano no es ajeno a la dualidad, la lleva dentro de sí mismo el gran detalle que posee el ser humano es que tiene la capacidad de elegir y ejercer el lado que se haya decidido, a comparación de seres que no comparten la dualidad, ya que su papel es simplemente sostener ese aspecto.

Los seres de oscuridad se crearon para cumplir los fines de la oscuridad, y vaya que lo hacen muy bien. Desde los inicios de la civilización conocida o la que nos corresponde ya eran conocidos, se les llamaba demonios y eran quienes motivaban al ser humano a cometer actos discordantes al amor. Se les representaba simbólicamente como un demonio que susurraba al oído de la persona, como también un ángel que susurraba lo contrario.

Las escuelas del conocimiento que abordaban estos temas durante el mundo antiguo principalmente, conceptualizaron como parásitos mentales a estos seres de oscuridad, ya que ahí es donde se alojaban. Curiosamente en el corazón no, ya que la energía que emana es de luz-amor y no la soportan. En cambio la mente solo logra generar energía de luz, cuando está en equilibrio con el corazón. Los seres de oscuridad necesitan hacer que el ser poseído por ellos o en donde habitan, genere esa frecuencia para así poder alimentarse.

Una manera de poder comprender a los seres oscuros de una forma contemporánea es relacionarlos con esa parte nuestra, que la psicología llama “ego”. Y las formas en las que motivan al ser a cometer actos contrarios al amor, sería un equivalente a la “pulsión”. Los seres de oscuridad logran su objetivo cuando se les permite, son maestros de lo que no se debe de hacer y el hecho que el ser humano pueda interactuar con ellos, es que no son ajenos a nosotros.

La oscuridad siempre sede al desarrollo de la luz, ambas se complementan. El ser humano debe integrar dentro si ambos aspectos y hacer uno, es decir unicidad. Ya que así estará en equilibrio consigo y con el todo

Fabian Latxica