lunes, 2 de febrero de 2015

«Deseo que me recuerdes como tú me conociste y no que veas en lo que me he convertido»
LANCASTER, B.

La frase que da título a este artículo no es sólo una divertida rima usada años atrás o un fantástico álbum de los míticos Hombres G, sino que Burt Lancaster fue un gran actor estadounidense que murió hace unos veinte años y merece que le recordemos.

De joven, acompañado por su físico, dedicó su vida laboral al circo, donde fue un gran acróbata hasta que una lesión puso fin a su trabajo allí.

Después de esto, participó en los Camp Shows[1] durante la II Guerra Mundial, hecho que le consiguió una prueba para una obra teatral en Broadway. Tras su éxito obtuvo en 1946 su primer papel en el cine, en la película Forajidos, donde compartió cartel con Ava Gardner. A partir de esto, realizó a cerca de ochenta y nueve películas más que le convirtieron en ganador de un Óscar, premio para el que fue nominado en tres ocasiones más.

El final de su carrera llegó cuando se tuvo que jubilar por problemas de salud, aislándose incluso de sus mejores amigos y pronunciando frases como la que vemos en el encabezado de este artículo. Cuatro años después de su aislamiento, en 1994, muere a los ochenta años a consecuencia de un infarto de miocardio.

De muchísimos actores se puede decir que han tenido un declive a lo largo de su ocupación, mas no es el caso de Lancaster, que tuvo éxito hasta en una de sus últimas películas, Atlantic City, gracias a la cual fue nominado a los premios Óscar.

Artículo escrito por Irene Avilés López.

[1] Estos eran organizados para las familias de los militares que estaban en combate.

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