miércoles, 5 de noviembre de 2014


Queridísimos y amables lectores, un rayo de luz entra por mi ventana iluminando la estancia en la que me encuentro sentado. Estoy leyendo la existencia, desde un análisis racional iluminado. Recuerdo etapas anteriores, reviso vidas paralelas, investigo nuevos pensamientos; todo ello en una perspicaz y profunda reflexión universal. Hoy es un día hermoso, pues Dios me ha otorgado un amanecer más, y no tengo palabras para agradecerle tal áureo regalo. Cada día terrestre es una concesión divina que se nos concede en aras de desempeñar nuestro cometido en este mundo corruptible y dinámico. En el tratado presente me agradaría en grado sumo, abordar un asunto que es de vital trascendencia en la vida de todo ser humano que abrace La Verdad, sinónimo de Cristianismo.

Los cristianos somos seguidores de Jesús de Nazaret, el hijo de Dios. Somos una gran familia que tiene la firme certeza de que Jesús es Dios mismo. El cristianismo es una religión, mas también una filosofía de vida, pues la universalidad del mensaje cristiano contempla todas y cada una de las facetas de nuestra existencia. Aquel humilde carpintero de Galilea que hace más de dos mil años predicaba locuras para sus coetáneos, sigue vivo y presente en espíritu. Jesucristo murió por todos nosotros en la cruz, asumiendo todo el mal y el dolor de una humanidad degenerada por el pecado. 

El Dios que murió por sus hijos para ser ejemplo de humano perfecto hasta el fin de los tiempos. ¡Qué Padre tan humilde y benévolo para con sus hijos! Dios se hizo hombre para demostrar al mundo cuál era el camino, la verdad y la vida. Han transcurrido dos largo milenios desde la bendita crucifixión, y quizá podamos incurrir en el venial pecado de asumirlo como un suceso excesivamente anacrónico, mas no se confundan mis queridos hermanos; Cristo vive, ya que sólo murió humanamente como sacrifico expiatorio. Descendió a los infiernos para rescatar a todas aquellas almas que no tuvieron oportunidad de conocerlo, pero vivieron conforme a los dictados benignos de Dios. Una vez ejecutada la justa obra, ascendió a los cielos para sentarse a la diestra de Dios Padre Todopoderoso. En el evangelio de San Mateo encontramos la siguiente afirmación del Señor: "He aquí, yo estaré con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." Mi mente se glorifica y mi corazón se conmueve ante tamañas palabras de amor. El Señor nunca nos ha abandonado, él siempre estuvo, está, y estará con nosotros hasta el fin.

Conmovidos por la luz de la Verdad, los cristianos nos vemos obligados a predicar el evangelio en todo momento y en todo lugar. El Señor en diversos pasajes evangélicos nos insta a predicar el evangelio por doquiera que estemos. Sin embargo, aparte de esta indicación divina, hay otro motivo por el que los verdaderos cristianos sentimos la inaguantable necesidad de anunciar a Dios: la necesidad de compartir con el mundo la colosal alegría que nos invade por sentirnos amados por Dios, de comprender que Dios es misericordioso, clemente, y justo en esencia. Cuando relatamos nuestra experiencia cristiana El Espíritu Santo induce en nuestra alma: amor, paz, gozo, benignidad, fe, mansedumbre y templanza entre otras cosas. Es primordial para un cristiano reforzar su testimonio predicando las bienaventuranzas incesantemente. La Santísima Iglesia es el lugar adecuado para rendirle culto formal a Dios, mas la acción de gracias debe tener lugar segundo a segundo. En el evangelio de San Mateo encontramos esta fulgurosa afirmación de Cristo: "Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos." Por lo tanto no abandonemos la espiritualidad cuando salgamos de los sagrados templos católicos, sino que durante todos y cada uno de los días de nuestra vida invoquemos al Señor, y transmitamos La Verdad: el tesoro que poseemos los cristianos.

Oh! María, ¡qué hermosa eres, virgen de vírgenes, reina de los ángeles, madre de la humanidad, rosa mística! La Santísima Virgen María es fundamental para llegar a cristo, pues ella fue su madre en la Tierra siguiendo firmemente los dictados divinos. La Virgen María nos ayuda a comprender los misterios cristianos. Nuestra Señora nos acerca al entendimiento pleno de la Trinidad. La Reina de los cielos intercede por todos nosotros ante su hijo: Dios Omnipotente, Omnisciente y Omnipresente. En la vida cristiana, María Santísima nos envuelve con su dulzura y obediencia, para así alcanzar a comprender los designios trinitarios. Nuestra Madre celestial es poderosa, y si la invocamos con verdadera fe y esperanza acudirá en nuestro auxilio. Aquellas confesiones cristianas que niegan a María como Virgen inmaculada, y que osan contradecir el dogma sagrado de su asunción a los cielos, jamás tendrán el sacro privilegio de comprender la verdad en su plenitud.

La Santa Iglesia Católica siempre ha sido atacada perversamente por el príncipe de las mentiras, desde su inicio no ha cesado de golpear con puño de fuego la casa del Señor. Satanás sabe que jamás podrá vencer a la institución de Dios en la Tierra, pero su soberbia es tal, que proseguirá pertrechando perversas acciones hasta que Dios en su infinita justicia lo destruya definitivamente. El perverso príncipe no actúa sólo, pues muchos ángeles cayeron junto a él al desafiar al Todopoderoso Dios del amor. Queridos hermanos, permanezcamos en alerta, pues Satanás acecha cual lobo hambriento. Satanás es conocido por su sutileza y discreción. En España actualmente su brazo maligno está levantando a formaciones políticas marxistas que predican el ateísmo más pleno. El ángel caído pretende ante todo alejar el mayor número de almas posibles del redil del Señor. PODEMOS está siendo un instrumento de las fuerzas del mal espiritual. Lucifer sibilinamente extiende su poder a través de personas que ya están separadas de nuestro Padre Celestial. ¿Acaso no es cierto que esta organización marxista perseguirá a la Iglesia? Intentará difamarla y desprestigiarla de la más inteligente manera posible. Los cristianos serán marcados y marginados, y el asqueroso e infame Demonio logrará una victoria más.


Queridos hermanos y hermanas, yo os exhorto a predicar el evangelio en todo momento y lugar. Debemos combatir al maligno practicando la benevolencia más áurea, y hemos de percatarnos de que la política puede ser un instrumento muy poderoso y activo de Satanás. Alzad las cruces y mirar al cielo, pues algún día lo tocaremos.

Articulo escrito por Jesús Kuicast.
https://twitter.com/jesuskuicast

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Este blog pertenece al Opus Dei, verdad?

ES la sensación que me ha dado leyendo esta mezcla de religión, con politica.

Esto ya lo intentó la iglesia hace 700 años e inventó la inquisición, parece mentira que en tal cantidad de siglos, haya personas que siguen con los mismos ideales.

Anónimo dijo...

Menuda secta,dais un poco de asco creo y creo que se os acaba la buena vida banda de ladrones a trabajar como todo el mundo y dejar de vivir del cuento .ahora vas y lo twiteas.

Anónimo dijo...

Queasco la puta religion cualquier persona con dos dedos de frente sabe que es un timo que lleva engañando personas durante cientos de años y viviendo del cuento

Anónimo dijo...

Si dios es omnipotente que cree una piedra tan grande que no pueda levantar. Una simple frase que demuestra que, en cuyo caso que existiera un poder divino, éste no podría ser Dios ya que la idea de Dios es que es un ser omnipotente, pero con la frase mencionada se demuestra su inexistencia. Dios es un concepto, un ser creado por el hombre, al igual que lucifer.
Si existe algún poder divino que se escape más allá del entendimiento humano no sería Dios, sería otro ser, ya que como he dicho, Dios es un ideal.
Realmente me gustaría que, los que sois cristianos, me contradicieseis e intentarais hacerme cambiar mi opinion.
Gracias de antemano.

Unknown dijo...

Estimado sr. Jesús Kuicast yo soy cristiano orgulloso de serlo, y como buen cristiano debo contestarle con una pregunta ¿ usted cree que Dios nos ofrece una religión en la que se permita desprestigiar al prójimo o a una ideología política? La respuesta rotundamente es NO. El mensaje que Dios nos enseña y nos invita a practicar es el amor y la bondad, hacia nosotros mismos y los demás, sin discriminaciones, sin racismo, sin faltas de respeto, sin odio...amarnos y amar para amarle a él. Dicho esto, creo que usted no está siendo coherente con lo que practica, puesto que no esta siendo fiel al mensaje del Señor al faltar el respeto a un hermano; Pablo Iglesias, en sucesivos escritos que usted ha publicado.Reflexione si Dios estará orgulloso por estas acusaciones...
En relación a Podemos, se vuelve a equivocar, desprestigia y desprecia a un partido cuyo fin es promover el cambio hacia una realidad mejor, que devuelve la ilusión y la esperanza a los ciudadanos, o ¿es mejor la realidad actual que promueve el bipartidismo?¿está el Demonio con Podemos o del lado de un gobierno que apuesta por sus propios intereses dejando que millones de ciudadanos se queden sin hogar, sin empleo, sin dignidad ,resignados por una violación directa de sus derechos? ¿Cree usted que Dios está orgulloso de estos echos? Le invito a que haga una reflexión profunda sobre estas cuestiones.
Un saludo y suerte.