domingo, 10 de mayo de 2015


Mirando la bola del mundo sin hallar rastro de España me estremezco. ¿Acaso ha desaparecido nuestra gloriosa nación? No, empero, los viles de espíritu intentan hacernos creer que no ha podido desaparecer tal nación porque jamás existió. Señores adiestrados en la vetusta disciplina de la oratoria. Humanos adoctrinados en la filosofía de la muerte. Éstos, y no otros, pretenden con anhelo instaurar una dictadura ideológica comunista-atea-nihilista. El logro de la infamia sobre la bondad. Almas alejadas del redil, que con tiranía planean apagar la verdadera Luz del mundo. La juventud inocente es seducida por las utópicas ideas de un lunático decimonónico llamado Karl Marx. ¿Es un actitud reprobable creer que es plausible cambiar el mundo basándose en la filosofía marxista? Sí, pues supone un acto de subversión en contra del sentido común, que es el menos común de los sentidos.

El ser humano ha sido creado para vivir en libertad; una especie que goza de la dádiva divina del libre albedrío. Mas Dios a través de sus escogidos nos ha indicado mediante una serie de hermosas instrucciones el camino que hemos de seguir con la misericordiosa intención de auxiliarnos en un mundo donde impera la confusión. ¿Acaso aquellos que han desarrollado su estado de conciencia, no anhelan morar enternamente junto a nuestro Padre Celestial? Por descontado. Sólo y exclusivamente los sumidos en la ignorancia o pervertidos por la maldad, pueden desear otra cosa distinta. El humano, por voluntad propia, ha de pisar las huellas sempiternas del Hijo de Dios para entrar por las puertas de paraíso. La Iglesia Católica posee el sublime deber de guiar a los seguidores de Cristo, mas no de imponerles, pues el libre albedrío sería quebrantado.

Los científicos y los pseudointelectuales posmodernos han sucumbido ante su propio orgullo racionalista. La megalomanía se ha convertido en un atributo fundamental del gremio de "los ilustrados". Cuando el humano juega a ser Dios termina por convertirse en un ser diabólicamente despótico. La única forma de salvar a la humanidad de la inminente hecatombe es mediante la regeneración espiritual consciente. No obstante, multitud de hombres y mujeres prefieren mirar a otro lado, degradándose paulatinamente por el consumismo excesivo, así como por el credo utópico marxista. ¿Ambas perversiones son igual de perniciosas? No, ya que salir del bucle consumista es factible en cierto grado, pero escapar de la tiranía comunista es prácticamente imposible.

Queridos hermanos, demos la espalda al relativismo moral, seamos fieles a la biblia y sigamos el sendero de la vida eterna. Dios existe y se hizo hombre para morir por nosotros en un amoroso sacrificio expiatorio. La amenaza es constante, y la tragedia evidente. Recemos más que nunca y no permitamos que nada ni nadie cuestione a nuestro Señor.

Artículo escrito por Jesús Kuicast.
https://twitter.com/jesuskuicast

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Amén.