sábado, 31 de enero de 2015


Esta semana hemos sido espectadores de un hecho ante el que muchos se han mostrado sorprendidos. En Grecia, Syriza, partido de extrema izquierda vencedor de las elecciones generales, necesitaba pactar con otra formación para obtener los dos escaños que le faltaban para la mayoría absoluta. El acuerdo llegó casi de inmediato, y no fue con los comunistas del KKE. Tampoco con los socialistas del PASOK. Syriza pactó con ANEL, una formación nacionalista, anti-inmigración, pro-Iglesia y con postulados cercanos al fascismo, cuyo líder, Panos Kamenos (acusado de antisemita) ha sido nombrado Ministro de Defensa. Extrema izquierda y extrema derecha cogidas de la mano para gobernar Grecia.

Muchos se preguntan cómo es posible que las dos tendencias ideológicas supuestamente más distantes estén dispuestas a colaborar en un Gobierno. La respuesta es sencilla: porque coinciden en lo esencial, coinciden en lo económico. No importa que sus propuestas sociales sean absolutamente contrapuestas, porque les une un deseo de mayor intervencionismo del Estado en la economía, el rechazo a la austeridad y la creencia en un Estado protagonista de la vida económica y social.

Al final, lo que de verdad diferencia a los partidos políticos es su posicionamiento en el eje que va desde el liberalismo más puro, en un extremo, hasta el socialismo más radical, en el otro. Es decir, los partidos pueden tener ideologías más conservadoras o más progresistas, pero lo que de verdad define el espectro político son los postulados económicos (mayor o menor intervención del Estado en la economía, mayor o menor gasto público, impuestos más bajos o más altos, libertad económica o igualdad mediante la redistribución de la riqueza etc.).

Aquellos que no se crean que extrema derecha y extrema izquierda plantean casi lo mismo a nivel económico, solo tienen que leer los programas de ambos bandos. A continuación, dejo dos extractos de programas electorales de partidos españoles. Uno es de la formación de extrema derecha Movimiento Social Republicano, similar a otras como Democracia Nacional o la clásica Falange. Otro es de Izquierda Unida, con ideas casi idénticas a las de Podemos. Lean y comparen:

MSR- Pedimos la supeditación de lo económico a lo político, la dirección política de la economía nacional a través de la planificación, la transformación de las formas de propiedad y la consideración del Trabajo como servicio a la Comunidad Nacional. Nacionalización de todos los sectores industriales y financieros estratégicos, incluido el control de producción monetaria y los créditos bancarios, a fin de evitar la usura contra el Estado y la sociedad; así como de los servicios indispensables para la comunidad y cuyo control político directo resulte vital para los intereses de la Comunidad Nacional y, en general, para el desarrollo del proceso transformador dirigido a desmontar el sistema capitalista y sus consecuencias sociales contra el pueblo y el bien común.

IU-Frente a la desregulación del mercado necesitamos contraponer la intervención pública y democrática de la economía con la adopción de una fiscalidad europea altamente progresiva basada en las transacciones financieras y las grandes fortunas, en el rescate de sectores estratégicos privatizados como la energía, el transporte, la gestión del agua, parte del sector financiero, la siderurgia, que permita la creación de Consorcios Públicos Europeos que orienten la actividad económica hacia la creación de empleo y la igualdad.

Poco más se puede añadir. Si intercambiásemos los fragmentos de programa, no creo que sus votantes se diesen cuenta. El intervencionismo y el paternalismo que rodea todas las propuestas de ambos extremos en un nexo de unión suficiente como para llevarles a gobernar juntos un país.

 Quizás lo acontecido en Grecia sirva de lección para muchos. Y es que, tachar de fascista a la derecha liberal es una muestra de gran incultura política, pues la distancia entre derecha liberal y extrema derecha en lo económico es enorme. Distancia que no existe entre los extremos, que aunque quieran ocultarse bajo fachadas distintas, en lo importante terminan proponiendo las mismas insensateces.

Artículo escrito por Adrián Nicolás Doblas.

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