Nunca deposites tu confianza en PODEMOS.

Estimados, ilustres y sapientísimos lectores, un día más retorno en aras de proseguir con mi ardua, empero, crucial labor articulista. Son muchos los que se aventuran a seducir a "los pobres de espíritu" con viles soflamas con el pretencioso objetivo de raptar sus voluntades. He aquí yo, un modesto mas valiente escritor, dispuesto a exponer la verdad en todo su esplendor, aunque ésta pueda ser mal recibida por aquellos que se hayan en la caverna; masas ingentes de población que trabajan sólo para consumir, y consumen sólo para evadir "la ineludible reflexión". La gran evasión es un método por el cual el individuo se niega de manera tajante a asumir la verdad, prefiriendo permanecer en la ignorancia. Una opción propia de aquellos que llevan por bandera la pusilanimidad. Queridos lectores y vulgares detractores, sin más dilación procederé a escribir sobre el menester que me compete en el día presente. ¿Es la ideología socialista-comunistoide perniciosa para el sujeto y la sociedad? Sí.

Desde que esta diabólica ideología fue implantada en la humanidad por primera vez, no ha cesado de generar desgracias sin precedente histórico. Todo ser que razone apropiadamente debe colegir en que ha quedado harto demostrado que el socialismo-comunismo es un sistema socioeconómico-filosófico caótico. Es la venganza que un alemán mediocre utilizó para castigar a la humanidad venidera. Cualquier ser humano que ha sido víctima de esta tenebrosa tendencia utópica gubernamental,  ha experimentado la tragedia más amarga: pobreza, censura, corrupción, violencia, injusticia...¿No habríamos de concluir en que nada ni nadie con elevada conciencia puede estar en acuerdo con semejante credo existencial? Para nuestra desdicha, aún tienen cabida en éste, nuestro planeta, sujetos y colectivos que prosiguen apoyando los postulados del mayor aficionado al coñac de la historia, el necio de Karl Marx y su esbirro satánico, Engels.

Los radicales izquierdistas tienen la firme creencia de que el estado debe ser un "padre protector" que asegure la felicidad de todos los ciudadanos que lo conforman. Sin embargo, la responsabilidad de ser "felices" recae única y exclusivamente sobre el sujeto en cuestión: único responsable de hallar el camino propio que le procure paz y armonía en su vida terrenal. El estado ha de actuar como un "hermano fraternal" que garantice e imponga de forma benevolente los deberes y derechos básicos de la ciudadanía para con el estado. Los deberes de todo ciudadano en un estado libre y de derecho, han de ser mínimos; respeto al orden establecido en aras de preservar la paz nacional, obediencia a las fuerzas de seguridad civiles y militares, así como el ejercicio de la tributación ejemplar con el objetivo de contribuir a las arcas estatales y así poder cubrir las necesidades públicas de toda la comunidad nacional. La saludad, la sanidad y las pensiones (tras la jubilación), deben correr a cargo de empresas privadas dignas. Las compañías empresariales encargadas del suministro de electricidad y agua corriente sólo habrían de ser supervisadas por el estado en caso de clara estafa a los usuarios por parte de las mismas. Es evidente que en casos de particularidades individuales que impidan el desarrollo óptimo del ciudadano, el estado deberá garantizar ciertas ayudas sociales.

La concepción de "un estado fraternal" es la única opción lógica y factible para un estado del siglo XXI. Sería una impericia obviar un futuro en el cual la población jubilada de países como España será superior a la de trabajadores activos. Es por tanto propio del sentido común, inferir que todo lo expuesto ha de ser así, y bajo ninguna circunstancia de otra manera. El capitalismo como sistema socioeconómico es el mejor sistema de la historia humana, aunque ello no implica su absoluta perfección. Empero, según mi humilde opinión, sería altamente conveniente la regeneración del sistema capitalista en pos de darle el merecido lugar que la ética debe ocupar; tarea de los grandes poderes económicos de este planeta.

Aquellos obstinados que se aferran a la concepción del estado paternalista sólo manifiestan su supina ignorancia en economía, sociología, antropología, psicología y demás disciplinas del conocimiento. Seres "intoxicados por la serpiente" con absurdas pretensiones fantásticas. En España, Pablo Iglesias y su movimiento marxista-leninista ha tomado el relevo marxista con indecente orgullo. Rojos osados con rencores guerracivilistas, eso es lo que son. Nunca deposites tu confianza en ellos.

Artículo escrito por Jesús Kuicast.
https://twitter.com/jesuskuicast