La mañana había sido especialmente dura, así que decidí tomarme un tiempo lúdico. Encendí "la caja tonta" con la esperanza de hallar un canal en el que emitieran algún programa interesante, didáctico o divertido. Acabé apostando por un nuevo programa de Telecinco, canal líder del grupo Mediaset España. El "opening" del programa televisivo gozaba de una gran canción que introducía a los espectadores en el mundo de la frivolidad; en el lugar de la apariencia. El programa se titulaba: "Cámbiame". Una bella y estilizada presentadora dirigía el espectáculo junto a tres estilitas de "renombre", dispuestos a cumplir los sueños quiméricos de multitudes ilusas, carentes de personalidad, o simplemente ansiosas por formar parte durante exiguo tiempo del circo televisivo. Visualicé el show y determiné que era una absoluta bazofia; retocar, remodelar, frivolizar: mucho por mejorar, para del reino de Dios gozar. Los tres estilistas eran meros adoradores del "becerro de oro", orgullosos moradores del valle de la vanidad, situado en "el reino de lo artificial".
Tras un considerable periodo de ardua reflexión sobre este tipo de contenidos televisivos y su repercusión social, arribé a la conclusión de que éstos no eran de manera alguna recomendables para la mente humana. La productora de "Cámbiame" describe a este irrisorio show como un programa televisivo que permite subir la autoestima mejorando el aspecto exterior de los seleccionados por "la triada del cambio". Esto es una auténtica soflama, pues los sujetos que se prestan a este tipo de cambios artificiales y "espectaculares" acaban por descubrir la inviabilidad de los consejos brindados por estilistas comprometidos sólo y exclusivamente con sus intereses, así como con su capacidad para lucir su cotizada capacidad transgresora. Este tipo de formatos televisivos supravaloran las apariencias de las personas e infravaloran lo realmente trascendente: el alma. Además de ello, potencian irremediablemente la homogeneización de la sociedad, exigiéndole cumplir con las tendencias pasajeras de la moda: una mera estupidez humana que nos conduce a "la gran evasión": la negativa individual y colectiva a desarrollar el estado de conciencia en pos de evadirse de la realidad en aras de "zambullirse" en la sempiterna banalidad. Un espacio habilitado para dar rienda suelta al hedonismo, así como para potenciar el narcisismo más vomitivo jamás hallado. Creo que es preciso recalcar que aquellos que se prestan a acudir a este tipo de programas televisivos deberían replantearse si la óptima idea no sería acudir a un psicólogo, cuya ayuda profesional capacita al sujeto en cuestión para conocerse a sí mismo, identificar sus zonas erróneas y pulir sus conductas con el loable objetivo de alcanzar la armonía existencial. Los duchos en la psique protegen la identidad original de la persona, fortaleciéndola y enriqueciéndola, mas en ningún caso modificándola. Gracias a este reforzamiento omniabarcante del ser, la apariencia quedará relegada a una sencilla tarea que será solventada con la auto-manifestación explícita del deseo único e innegable de ataviarse bajo el único criterio de la concupiscencia propia. Todo el que está bajo el influjo de las efímeras tendencias de este mundo, es preso de una futura despersonalización.
Telecinco, un "madchannel" en toda regla, se reinventa cada vez con más celeridad, dando cabida en su programación a este tipo de formatos que instigan al televidente a "morar en la intrascendencia". Los poderes fácticos- "made in USA"- esparcen su mierda por el mundo occidental, con el vil objetivo de adoctrinar a las gentes en el "consumismo-epicureísmo-nihilismo". El disfraz del progresismo humanista-caritativo oculta la verdadera cara de los conspiradores del nuevo orden mundial. Diablos infinitamente ricos que pretenden someter y explotar a la humanidad por y para sus beneficios. Falsos "iluminados" ocultos en las tinieblas de "la torre hermética". Nuestra hermosa nación debe rechazar de manera contundente este tipo de contenidos audiovisuales, cediendo paso a una programación rica en diversidad y calidad. Esto no significa que hayamos de visualizar documentales constantemente, pero sí evitar en al medida de lo posible, estos despropósitos televisivos. Tampoco hemos de olvidar la radio, fuente de infinitos espacios que fomentan la ciencia, la filosofía, la política, la economía, la religión, la sociología, la música y un sinfín de disciplinas extinguidas en la televisión.
¿Desea Usted cambiar? Entonces yo le recomiendo que no vea el citado programa de Mediaset.
Artículo escrito por Jesús Kuicast.
https://twitter.com/jesuskuicast
Telecinco, un "madchannel" en toda regla, se reinventa cada vez con más celeridad, dando cabida en su programación a este tipo de formatos que instigan al televidente a "morar en la intrascendencia". Los poderes fácticos- "made in USA"- esparcen su mierda por el mundo occidental, con el vil objetivo de adoctrinar a las gentes en el "consumismo-epicureísmo-nihilismo". El disfraz del progresismo humanista-caritativo oculta la verdadera cara de los conspiradores del nuevo orden mundial. Diablos infinitamente ricos que pretenden someter y explotar a la humanidad por y para sus beneficios. Falsos "iluminados" ocultos en las tinieblas de "la torre hermética". Nuestra hermosa nación debe rechazar de manera contundente este tipo de contenidos audiovisuales, cediendo paso a una programación rica en diversidad y calidad. Esto no significa que hayamos de visualizar documentales constantemente, pero sí evitar en al medida de lo posible, estos despropósitos televisivos. Tampoco hemos de olvidar la radio, fuente de infinitos espacios que fomentan la ciencia, la filosofía, la política, la economía, la religión, la sociología, la música y un sinfín de disciplinas extinguidas en la televisión.
¿Desea Usted cambiar? Entonces yo le recomiendo que no vea el citado programa de Mediaset.
Artículo escrito por Jesús Kuicast.
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