A lo
largo de estos años de crisis económica que estamos atravesando, el debate en
torno a las políticas económicas que deberían seguirse para superar dicha
crisis ha sido un habitual prácticamente en toda Europa. En el caso de España,
hemos escuchado de forma constante que hemos elegido las políticas de
austeridad fijadas desde Alemania. La pregunta que yo me hago es, ¿se está
dando a la palabra austeridad el significado que realmente tiene? Y, en
consecuencia, ¿se han aplicado en España políticas de austeridad?
Las
famosas políticas de austeridad que está aplicando el Partido Popular desde que
llegó al Gobierno han tenido dos pilares fundamentales: recortes de gasto
público y subidas de impuestos. La izquierda, crítica con estas medidas, han
insistido en relacionarlas con el neoliberalismo y la derecha. Vayamos
respondiendo a algunas preguntas con respecto a lo expuesto hasta ahora.
¿La
austeridad se basa en hacer recortes?
Ser
austero implica no gastar lo que no se tiene, tratar de acercarse al equilibrio
presupuestario. España necesita una reducción drástica del gasto público que
aún no se ha producido. Y si no se ha producido es porque el PP se ha
equivocado a la hora de ejecutar las medidas de ajuste, siendo demasiado benevolente
con las partidas que debían reducirse sustancialmente y eligiendo mal cómo
aligerar el resto. Por ejemplo, de poco sirve reducir la cantidad de dinero que
destinas a un servicio público cuando lo que realmente falla es la forma en la
que se configura y se presta ese servicio. Destinar menos medios a financiarlo
solo provoca que sea de menor calidad aún. Por tanto, en materias como
educación o sanidad, la vía para ser austero pasa por la reforma, no por el
recorte. Había muchas materias a las que meterle mano en los Presupuestos
Generales del Estado, tal y como ya refleje en un artículo anterior:
¿Hay
que subir impuestos como parte de las medidas de austeridad?
Rotundamente
no. De hecho, me resulta gracioso que la izquierda relacione las subidas de
impuestos con los liberales cuando una de las consignas básicas del liberalismo
es reducir los impuestos y el intervencionismo estatal a la mínima expresión. Volviendo
a la relación impuestos-austeridad, debemos tener en cuenta que la austeridad
concierne al Estado, es decir, son políticas destinadas a evitar cualquier tipo
de exceso por parte de las Administraciones Públicas. El problema aparece
cuando Rajoy y otros dirigentes europeos trasladan esta austeridad a los
ciudadanos, haciéndoles cargar con la responsabilidad de solventar la mala
gestión del dinero público mediante subidas de impuestos. En resumen, se opta
por asfixiar a familias y empresas con una carga fiscal desmedida en lugar de
reducir el tamaño y los gastos de un Estado sobredimensionado. Y eso no es
austeridad.
¿Es la
austeridad una política característica de la derecha y del neoliberalismo?
La
austeridad del PP basada en recortes y subidas de impuestos, no. La austeridad
que he explicado anteriormente, sí.
De la
deriva iniciada en 2011 por el PP solo hay un colectivo beneficiado: la
izquierda. PSOE, Podemos, IU y el resto de partidos de este tipo volverán a
convencer a muchos de que el socialismo es la solución a la austeridad
anti-social del PP. Parece que en tan solo cuatro años muchos han olvidado que
han sido las políticas socialistas de despilfarro las que nos han traído hasta
donde estamos.
Muchos
se preguntarán si, al final, la estrategia seguida por el PP ha servido para
mejorar el estado de las arcas públicas, a pesar de que no se hayan ceñido a un
programa de políticas liberales. La respuesta podríamos buscarla en numerosos
indicadores, pero yo solo señalaré uno que me parece demoledor: la deuda
pública es de 1,053 billones de euros, un 98´6% del PIB. Cuando Rajoy llegó al
Gobierno, era de un 70,5%. ¿Austeridad? Permítanme que lo dude.
Artículo escrito por Adrián Nicolás Doblas.
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