Estimados y considerados
lectores, tras un breve periodo de reflexión existencial, retorno colmado de
clarividente sentido común, en aras de proseguir con mi arduo menester
opinante. Nos hallamos en tiempos ciertamente convulsos, pues acontecen
diversos sucesos dentro y fuera de nuestra patria común. Harto injusto sería no
pronunciarme acerca de aquellos asuntos claves que lamentablemente obnubilan la
mente del mundo. Sin más dilación procederé a exponer el asunto que en el día
presente me ha sido encomendado.
Ríos de tinta han corrido como
causa de la desafortunada aparición del movimiento comunistoide Podemos.
Desde que en enero de 2014 se constituyera como partido político español esta
pseudoreligión, liderada por el "mesías" Pablo Iglesias Turrión, no
ha cesado de provocar auténticos quebraderos de cabeza a todos aquellos que
somos fieles de la lógica axiómica. Pablo Iglesias, autoerigido como
"Justiciero social y voz de los indefensos de España" nos ha dado una
apabullante lección de cómo convertirse en un oportunista sublime. Un hombre
que presentaba programas televisivos en canales televisivos locales,
presuntamente financiados por regímenes dictatoriales, aprovechó la ardua
coyuntura socioeconómica por la que atravesaba (y atraviesa) España para
resurgir de la nada y asentarse sobre "el trono de la polémica". Su
proceso no fue instantáneo, ya que sólo algunos canales de ámbito nacional como
fue el caso de Intereconomía TV, tuvieron la paciencia y amabilidad
de convidarlo a sus programas estrellas de debate político. El señor Iglesias
frecuentó El gato al agua, uno de los mejor programas de tertulia
política que existen en España. Es caóticamente paradójico que "el rojo de
los rojos" asistiera a un programa de tendencia conservadora, ¿no sería
más coherente no pisar el suelo de aquellos a los que osas vilipendiar sin
mesura? Evidentemente. Empero, este sujeto no obedece a la virtud de la honestidad,
pues es un claro amante de la hipocresía, repta como una serpiente en busca de
sus viles intereses. Sus apariciones en programas nacionales de debate político
se hicieron tan usuales que comenzó a gozar de una considerable fama nacional,
y posteriormente internacional. El líder podemita demostraba ser un óptimo
orador que transformaba los debates en los que participaba en auténticos
mítines políticos. Mas todo tiene un principio y un final.
No obstante, no tardarían en
arribar valiosas informaciones de la mano de grandes periodistas nacionales e
internacionales sobre el turbio pasado de los "supremos líderes de la
tribu podemita". Profesionales de la información hicieron gala de su
valentía publicando en sus respectivos medios de comunicación las presuntas
relaciones de colaboración entre el régimen venezolano de Maduro y el
"partido más farisaico" de España. La cúpula de "la secta
morada" determinó relegar a Monedero al más trágico ostracismo; las
evidencias constatadas obligaron a los "Gurús" de Podemos ha
blanquear su imaginen pública, desvinculándose del régimen venezolano. Tal echo
supuso la inevitable expulsión de Juan Carlos Monedero, ideólogo de Podemos. Sus
excelencias pueden visitar youtube y encontrar elocuentes
vídeos en los que Monedero muestra su profunda admiración por el difundo
dictador comunista Hugo Chávez. De facto, las últimas informaciones señalan que
Monedero trabajó como asesor privado del gobierno chavista para gestar el
denominado "socialismo del siglo XXI", que es una suerte de marxismo-leninismo
adulterado con el objetivo de actualizar su contenido para la sociedad
contemporánea (posmoderna-nihilista-tecnológica). Un infame modo de confundir a
las buenas gentes del mundo. Aquellos ignorantes que osan defender públicamente
a Podemos y a sus miembros habrían de contemplar en qué
situación se hallan los países en los que rige esta locura ideológica.
Venezuela, Bolivia, Ecuador, Argentina..., naciones hundidas por gobiernos
totalitarios, sometidos a los dictados de "comunistas multimillonarios
corruptos". ¿Hay mayor desvergüenza que la de estos tipejos, que
declarándose defensores de los obreros y desvalidos, viven como auténticos
ricos corruptos?
Las pretensiones utópicas de
Pablo Iglesias y sus acólitos evidencian su ignorancia extrema sobre la
realidad antropológica. Es por ello que un gobierno presidido por este señor y
sus insensatos sería altamente pernicioso para la preservación de la salud
democrática nacional, ya que la pseudoreligión marxista está intrínsecamente
ligada a la negación de la libertad, en pos de un paternalismo estatal
dictatorial. El credo comunista es tóxico para cada uno de los miembros de una
sociedad así como para el conjunto de la misma. Los españoles han de entender e
interiorizar mediante la lógica y la concienzuda observación, que la solución
de la crisis económica pasa por el férreo apoyo a la derecha capitalista
neoliberal: un sistema socioeconómico gracias al cual la humanidad ha
experimentado un crecimiento exponencial sin precedentes. El capitalismo ha
logrado el tan valorado estado de bienestar socioeconómico. Obviamente, sería
propio de un necio negar que tal sistema sea claramente perfectible.
Muchos neófitos en cuestiones
políticas se aventuran a tachar al gobierno actual de ser el único responsable
de la miseria en la que se hallan sumidos muchos españoles. Nada más lejos de
la realidad, pues cuando Mariano Rajoy fue elegido presidente del gobierno el
21 de diciembre de 2011, se dio de bruces con un legado socialista envenenado.
Cuando la crisis económica mundial estalló, teniendo su epicentro en Estados
Unidos, los gobiernos competentes comenzaron a tomar medidas para minimizar los
daños de tamaña hecatombe, mientras que el gobierno socialista presidido por
José Luís Rodríguez Zapatero negó que tal crisis estuviese sucediendo. Cuando
el Partido Popular tomó las riendas del gobierno nacional, España estaba en una
terrible recesión económica. Cada día se destruían innumerables puestos de
trabajo. Sin embargo actualmente el gobierno popular ha logrado invertir la
tendencia destructora: ahora España crece más que el resto de países de la
Unión Europea, y cada día más gente encuentra empleo.
Podemos pierde votantes permanentemente, desinflándose como un gran globo. Pensaron que podrían sostener
sus falacias hasta las cercanas elecciones generales, pero la verdad ha triunfado.
Estamos asistiendo al hundimiento de Pablo Iglesias y su “partido”.
Queridos lectores, para concluir este breve tratado citaré una máxima del poeta griego Homero: "Odioso para mí, como las puertas del Hades, es el
hombre que oculta una cosa en su seno y dice otra."
Artículo escrito por Jesús
Kuicast.
3 comentarios:
Vaya chapucero, tendencioso artículo que no aporta nada nuevo a las varias biblias antipodemitas.Se limita a recpetir basura publicada por periodicuchos del pensamiento único o más bien del antipensamiento. Un poco más de brillantez , con rebuznar no es suficiente teniendo em cuenta que no soy admirador de Pablo, si le queréis atacar hacerlo con más rigor y lo mismo si queréis defender a Marianito el corto
Al primer comentarista. Tú si que eres tonto. Ahora resulta que no vamos a poder criticar al piojoso de la coleta. Lo tuyo sí que es pensamiento único.
todo con con Kuicast!!
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