domingo, 21 de febrero de 2016



Loados y respetables lectores, tras un arduo periodo de intensiva actividad mundanal, me hallo dispuesto a ejercer mi hermosa labor opinante. Si bien es cierto que en los últimos tiempos mi frecuencia de publicación ha disminuido vertiginosamente, tampoco es incierto que mi nivel de quehaceres se halle en su máximo apogeo. No obstante, no puedo ni debo permitirme el lujo de fallar a todos aquellos que de manera fiel siguen mis publicaciones como si no hubiera un mañana. En el presente artículo trataré sobre un asunto que es de vital importancia para los ciudadanos de la denominada por los antiguos romanos: Hispania.

Es innegable que nos hallamos en tiempos convulsos en todo los órdenes de la sociedad. La población, que conforma la otra gloriosa nación española, es testigo de cómo ésta se desmorona paulatinamente mientras las autoridades gubernamentales, se encuentran inmóviles y petrificadas ante la inminente ruptura de España. La corrupción asola al principal partido nacional, las regiones periféricas proclaman el derecho a la autodeterminación: anhelan ser estados soberanos, rompiendo así sus lazos seculares con el que un día fue "el impero donde no se ponía el sol". La izquierda comunista más radical intenta tomar el poder de manera ilegítima, poniendo en riego la democracia que tantos años tardó en arribar a la vida de las buenas gentes de España. Como consecuencia lógica de la colosal crisis económica en la que se ha visto envuelta España, la clase media ha contemplado el desvanecimiento del tan loado estado de bienestar. No obstante, gracias a la genuina gestión económica del gobierno del Partido Popular, nuestra economía ha virado de la recesión al crecimiento. Todo en esta vida tiene solución, empero se ha de buscar la adecuada.

Sin más dilación afirmaré vehementemente que nuestra fulgurosa nación se enfrenta a una crisis identitaria de gran envergadura. Cataluña está en pleno proceso de desconexión, y Euskadi reclama idénticos derechos. El advenimiento de formaciones políticas comunistoides fundadas sobre los cimientos del revanchismo guerracivilista, es un claro augurio de la ruina que se cierne sobre España. 

Nuestras seculares tradiciones espirituales -primordiales- y nuestras raíces culturales, conformadas por centurias de supremacía intelectual, científica y literaria, están siendo atacadas por los herederos del frente popular republicano, aquel que fue responsable de la cruenta guerra civil española. Podemos o "Pablemos" y sus derivados, han resurgido con un odio abismal en aras de implantar una "rojocracia" que tiene la perversa ambición de grabar a fuego en los corazones españoles, los dogmas creados por el demonio Karl Marx. 

El peligro innegable que representa Podemos para el progreso socioeconómico no ha de ser obviado en ningún caso por aquellos que buscan lo óptimo para nuestra empresa colectiva. El sentido común -el menos común de los sentidos- es como una brújula que nos indica el camino hacia la áurea lógica. Cualquiera que se obstine en perseverar en la ceguera voluntaria y brindar su confianza a aquel que se autoproclama líder del pueblo llano, está favoreciendo el tortuoso recorrido que conduce hacia el caos estalinista. Estamos al borde del abismo, a un paso de caer en un submundo gobernado por falaces utópicos e independentistas amantes de la mitología. Individuos ignaros practicantes de una pseudoreligión perniciosa, denominada comunismo o socialismo -cuando se pretende disfrazar de moderada ideología-.

En lugar de ceder paso a la experiencia, los que han votado a Podemos o sucedáneos han abierto las puertas a los errados ingenieros sociales, predicadores del ateísmo, y por ende de formas de vivir contranaturalmente. En la actualidad cada vez son más comunes blasfemias tales como: "La iglesia que más ilumina es la que más arde" o robos dentro de recintos sagrados, es decir, iglesias. ¡Pobres necios!, pues jamás nadie podrá destruir aquello que el mismo Dios fundó sobre la Tierra. La marginación de los católicos y sus tradiciones milenarias están siendo un blanco a destruir por los esbirros de Satanás. El ángel caído conquista las almas de los humanos a través de las degeneradas concupiscencias del corazón que llevan a oscuros pecados. El mayor logro del diablo es hacer creer a ciertos humanos que no existe. Es por ello que puede obrar de manera sutil... ¿Cómo defenderse de un enemigo del que no se tiene constancia de su existencia? 

Sin la más mínima duda, el anticlericalismo exacerbado que padecen los apodados "rojos", no es por desgracia su único perturbador defecto. Las formaciones políticas comunistas se hayan en un desesperado intento por acceder al poder, y así instaurar de manera paulatina la luciferina dictadura del proletariado, un sistema político malito que ha causado más de cien millones de muertos a lo largo y ancho del planeta. No se engañen mis queridos lectores dubitativos, la izquierda radical no puede ser democrática por esencia, y sólo el mero hecho de pensar que puede llegar a serlo, delata una carencia del conocimiento de la misma. El comunismo concebido por la enfermiza y atrofiada mente de Marx y sus discípulos, es una pseudoreligión intrínsecamente ligada al autoritarismo tiránico, en el cual se procede a una reprogramación mental masiva en pos de crear individuos que tengan un comportamiento férreamente robótico; siendo así perfectos ciudadanos "lobotomizados", inofensivos e incapacitados de hesitar: preparados para constituir esa infernal "sociedad utópica". ¿Cuál es la ideología con la que se identifica Podemos? El socialismo del siglo XXI es un concepto que aparece por primera vez en el año 1996 a través de Heinz Dieterich Steffan, aunque el término adquiriría popularidad mundial desde que fuera mencionado reiteradamente por el fallecido dictador venezolano Hugo Chávez a partir del año 2005. Este modelo de Estado no es más que una careta del arcaico comunismo marxista-leninista, una artimaña lucubrada para engañar a los adeptos potenciales.

Queridos españoles, hemos de elegir entre una España gobernada por una casta elitista de hipócritas proletarios, o una España hegemónica cuyas políticas socioeconómicas estén inspiradas en nuestros vecinos europeos: Holanda, Alemania, Dinamarca,,,

Alcemos las banderas de España, ¡viva el progreso ordenado, no el libertinaje trasnochado!

Artículo escrito por Jesús Kuicast.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

Amén.

Anónimo dijo...

Exacto. De acuerdo en todo.

Anónimo dijo...

Por el contenido, el estilo y el fondo que subyace, me huele que este artículo lo ha escrito alguien de La Complutense......