domingo, 20 de marzo de 2016



Estimados y alabados lectores, tras un arduo período de introspección, he regresado en aras de proseguir con mi sagrado menester articulista. En los últimos tiempos el fanatismo posmoderno-nihilista se apodera de todos y cada uno de los estratos de la sociedad; el diablo avanza de manera paulatina en su pérfida misión apocalíptica. Recientemente he sido víctima de los viles ataques pertrechados crueles hordas de pecadores orgullosos. Mas es el precio que todo hijo de Dios ha de pagar por defender La Verdad, en un mundo dominado por los entes de la oscuridad. Sin más demora procederé a tratar el asunto que en el día presente me ha sido encomendado.

El otro día charlaba de forma jovial con un sacerdote, un evangelizador que sana almas diariamente por la gracia de La Santísima Trinidad. Mi buen amigo clérigo me comentaba como cada día recibe más improperios cuando sale a la calle. Un sacerdote que viste de negro con su alzacuello, como la mayoría de presbíteros de La Santísima Iglesia Católica Romana. Un hombre de Dios que no se oculta como otros...que no merecen ni ser llamados sacerdotes. Un acto heroico de valentía que es admirado y valorado por todos y cada uno de los cristianos. Muchos de ustedes se estarán cuestionando quiénes son aquellos que no merecen ser denominados sacerdotes: curas que para evitar la confrontación con las masas moralmente corruptas, esconden su condición sacerdotal. El miedo se ha apoderado de ellos, y olvidan las áureas palabras de Nuestro Señor Jesucristo que predecían que aquellos que actuaran, vivieran y predicaran en su nombre serían perseguidos igual que Él mismo lo fue. Esta cobardía no es defecto exclusivo de Los Padres, ya que se extiende también a los hermanos cristianos católicos no consagrados de todo el mundo. Este temor surge como consecuencia de una profunda falta de entereza cristiana; el verdadero cristiano ha de hacer gala de férrea valentía, y jamás alojarse en la indiferencia, conocida bíblicamente como la pecaminosa tibieza. ¿Por qué nos amedrantamos si somos conocedores de La Verdad?, ¿por qué tenemos miedo si gozamos de la protección del Señor?

Actualmente España se halla inmersa en la adversidad. La izquierda española amenaza de manera constante y reiterada a la Iglesia de Dios. Gentes curtidas en los saberes mundanos desprecian sobremanera la palabra de Dios. Individuos adoctrinados por expertos en la fanática pseudofilosofía posmoderna-nihilista-comunista. Criaturas del Señor que osan atacar de manera impúdica al Cuerpo Místico De Cristo: La Santísima Iglesia Católica. 
Nosotros, los cristianos verdaderos, respetamos y defendemos la libertad religiosa, sin embargo ciertas sectas político-populistas disfrazadas de partidos políticos "progresistas" pretenden incumplir este principio constitucional con sus maquiavélicas propuestas en pro de la erradicación del cristianismo en nuestra sociedad. Estos grupos impíos tienen como objetivo implantar una nueva pseudoreligión, que consiste en un cientifismo excluyente. Los servidores del mal anhelan que el cristianismo quede relegado al ámbito familiar. La inmoralidad se ha adentrado en el corazón occidental a través de los medios de comunicación y entretenimiento...Estamos siendo bombardeados con mensajes perturbadores que tienen como fin provocar la inversión de la moral. Los dioses de "El Nuevo Orden Mundial" requieren de una nueva humanidad alejada de La Santa Biblia.

Los cristianos hemos de perseverar en nuestra fe, evangelizar doquiera que estemos, y jamás rendirnos por muchas contrariedades que surjan en nuestro arduo camino. Queridos hermanos, que la paciencia y bravura de La Santísima Virgen María les ayude a seguir los pasos de Cristo, Dios del universo.

Artículo escrito por Jesús Kuicast.


3 comentarios:

Laia dijo...

Amén.

MexicanaKuicastica dijo...

Hermosas y contundentes tus palabras maestro Kuicast. Saludos desde México.

Anónimo dijo...

Subscribo palabra por palabra.