lunes, 15 de agosto de 2016



A Pablo Anti-Iglesias


Enseñando lo desdeñable,
el dedo del pupilo
partiste por desafiante.

Enseñando lo desdeñable,
al dios rojo,
lo retornaste palpable.

Enseñando lo desdeñable,
pimiento por berenjena
los hiciste intercambiables.

Enseñando lo desdeñable,
viste cascadas ignorantes
en seres manipulables.

Yo, sí, Yo, sí.
La iglesia es mi cuerpo
y Dios mi cabeza.

Poema escrito por Jesús Kuicast.


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