lunes, 8 de agosto de 2016


Estimados y loados lectores, un día más retorno en aras de proseguir con mi esencial labor escritural, aunque mi retorno no ha sido del agrado de demasiados, he de recalcar que estos infames no lograrán mi retirada nuevamente. Sin más dilación procederé a exponer el asunto que en el día presente me ha sido encomendado por las fuerzas de la lógica aplastante. ¿Debería el gobierno español apostar por la promoción de la lectura de una manera más rotunda?

Nos hallamos en un país en el cual el hábito de la lectura nunca ha estado excesivamente extendido, pues por regla general, los españoles han sido propensos a distracciones más baladíes. La cultura literaria siempre ha brillado por su ausencia en la ignorante España; sin embargo, esta antiquísima nación ha cosechado grandes literatos que se han convertido en referentes literarios no sólo en España, sino en el mundo entero. No obstante, me apena admitir que nuestros autores nacionales son más leídos en el extranjero que en casa. 

En tiempos pasados la mayoría de la población era iletrada, ya que tenía difícil acceso a la educación; pero, hoy en día nos encontramos en una era donde casi la totalidad del pueblo ha recibido al menos educación básica, estando suficientemente capacitados para leer y escribir: sin embargo, a pesar de la capacitación lectora, el pueblo, en su mayoría decide no dedicar demasiado tiempo a la lectura de ningún tipo de contenido que sea ajeno a las aplicaciones de los "smartphones" y a los subtítulos de los videojuegos. ¿Quién o qué es responsable de tal propensión?

La política cultural llevada a cabo por el gobierno español desde la instauración de la democracia ha dejado lamentablemente mucho que desear. Los elevados precios de los libros, debido esto a los estratosféricos impuestos han provocado la consecuente pérdida de interés de los potenciales consumidores de literatura. ¡Qué despropósito! Para más inri, hemos de añadir la proliferación del sector audiovisual que por su indudable atractivo sensorial conduce a la juventud a establecer una clara preferencia por él en detrimento de la más rudimentaria "caja de palabras" (metáfora de libro).
Infinidad de investigaciones científicas avalan las afirmaciones sobre lo sano para la mente de la práctica usual de la lectura. Otra de las ventajas de leer es su potencial para conformar individuos con una rica "inteligencia creativa". Tampoco hemos de obviar el aumento de conocimiento léxico experimentado tras una continua práctica lectora.

Queridos hermanos, nos aguarda un futuro conformado por ignorantes alfabetizados.


"La lectura es a la mente lo que el ejercicio al cuerpo." Joseph Addison (1672-1719) Ensayista, poeta y dramaturgo inglés.

Artículo escrito por Jesús Kuicast.

0 comentarios: